El otro día, al poner mi nick en el buscador, observé que había escrito entre cuentos y poemas un total de 50. Creo que es buen momento para hacer una pausa para seguir escribiendo otros 50 más, y todo lo que pueda escribir.
Todo empezó por una causalidad. Hace dos años, al empezar el centro, el educador propuso realizar un taller de radio. Como sabia que me gustaba escribir, me encargó que redactara pequeños cuentos para leerlo. Cada semana tenía que entregar uno, y le gustó mucho. A mí, la idea de imprimirlo para guardar en un portafolio y aplicar la frase; "si te he visto, no me acuerdo", no me hacía gracia. Me acordé de la página azul de los cuentos, y, hasta el día de hoy, estoy contento de haber tomado la decisión de subirlos.
Los primeros cuentos fueron creados a partir de una frase, una situación imaginaria o de un cuento de Quim Monzó. Después escribí cuentos de cuadros famosos. Navegué por Internet y Wikipedia en busca de un dato menos conocido para tejer una historia. Un día, nos enteramos de que cerraba una tienda de más de 100 años y que sus dueñas habían mantenido una relación especial con el centro. Me encargó un cuento para ella. La única pega que tuve fue que solo tenía 3 días para escribirlo antes de echar la persiana definitivamente. Apenas tenía datos, pero me imaginé cómo sería el último día de la dependienta. Así nació "Último cesto de mimbre".
Este cuento fue importante para mí, pues a partir de entonces, mis personajes, aparte de contar una historia, también "piensan ", dejando a mí fuera del cuento. Aprovechando esta técnica, decidí escribir varios cuentos en forma de diarios o cartas.
Cuando tengo una idea que me ronda varios días para escribir un cuento, pero sin embargo no logro poner ninguna sola línea, decido componer pequeños poemas a partir de esta idea. También he subido poemas que escribí hace varios años durante el tiempo libre que tenía en el centro. Entonces, me encontraba mejor de la espalda. Por cierto, en el poema "maldita artrosis", me he quedado corto. En enero me dio un tirón y en abril estuve varios días sin coger la tablet. Sé, que más adelante tendré que adaptar la tablet con un conmutador; una pieza en forma de botón que se utiliza para escribir. Pero de momento, puedo pulsar las letras directamente en el teclado.
¿Cómo serán mis próximos cuentos? Es una buena pregunta, pero la respuesta es fácil de responder: me mantengo en la misma línea. El sonido del teléfono, unos pasos misteriosos a las dos de la madrugada, el termo que se rompe mientras te duchas, un malentendido entre una pareja.... es decir, temas cotidianos. Si me disfrazo de detective de las palabras, es posible averiguar donde hay un cuento.
No quiero terminar sin agradecer a Vejete_rokero-48, Victoria, Elisatab.... y a otros cuenter@s que me animan y sus observaciones, hacen que mis futuros cuentos y poemas sean un pelín mejor.
Pepe Marín
|