Hoy no he podido dormir mucho, no por ansiedad o por ningún tipo de dificultad, simplemente porque me acosté tarde y me he levantado como cada día, todo normal.
Al despertar lo primero que se me ha pasado por la cabeza fue cuando una paciente me preguntó la edad mientras hablamos de su hijo que pasó la meningitis como yo de pequeño y le contesté con el mantra que tengo guardado para esta pregunta siempre, tengo tanta edad que he visto barcos de madera surcar el mar, la mujer y su hijo me miraron y nos reímos un rato. Lo mejor de la tarde de ayer fue ver a pacientes acompañados y ver cómo hablaban entre ellos, de lejos, como si fuera normal lo que debería ser normal, me sentí bien, muy bien. Pero hablaré de mi edad, tengo la edad suficiente para observar, ver y notar lo que sucede a mi alrededor, la edad justa para muchas veces decir lo que es correcto y lo que no, la edad suficiente para darme cuenta que el esfuerzo y el aprendizaje son cosas atemporales y debes esforzarte cada día para ampliar tu abanico de habilidades y entre ellas la de distinguir entre justicias e injusticias, entre lo lógico y lo ilógico, saber que mis decisiones aunque no siempre correctas del todo, nadie es perfecto, siempre tienen una razón, el grupo, las personas que me importan y facilitar lo máximo posible el paso de los que que me rodean es mi prioridad. Puedo obedecer decisiones aunque me quemen por dentro por el bien de muchos pero aunque lo haga sin rechistar no demuestra para nada que esté de acuerdo, lo que significa que tarde o temprano cuando la tormenta pase mi carga emocional se abrace a mi razonamiento y haga que cambie de camino, de nuevo, otra vez.
Pero jamás iré por detrás, siempre por delante.
No dejaré atrás nunca a ningún compañer@, seré el último en escapar de un incendio pero jamás me fallaré a mi mismo, eso nunca.

Cuando la tormenta pase y la brisa vuelva al lugar que le corresponde mi camino puede cambiar de rumbo de nuevo, no sería la primera vez, he visto barcos de madera surcar el mar y hay mil mares por descubrir siempre.

Nacer, descubrir y encontrarse son fases de mi vida y que este hoy aquí no significa que estaré siempre.

Fin del pensamiento de una persona con miedo oculto.