La brisa trae fragancias de aromos, es de madrugada y en el cielo titilan algunas estrellas. Frescura que se une al rumor del arroyo lejano. El pueblo entero descansa; salvo las campanas de la iglesia cercana, que chorrean doce tintineos metálicos.
Emergiendo de las profundidades, el galope de un desbocado corcel, que despierta a una mujer y un hombre en particular, distantes en el espacio, pero cercanos en el pensamiento.
Diversas leyendas o historias versan sobre el caballo y su acompañante, que en cada tercer martes de mes, vaga por el caserío del antiguo y polvoriento villorrio.
Florencia y Julián hilarán juntos sin saberlo: sueños y verdades, acertijos e hipótesis, del misterio que envuelve al animal y a su cabalgadura, en estas horas que restan para la salida del sol…
Julián, caballero de la escolta del Rey, pasa sus noches desvelado, no consigue conciliar el sueño… ve el rostro de su amada envuelto en ráfagas de niebla…anhela tenerla cerca, adorarla como se merece.
Florencia, joven y bella doncella, duerme y sueña…los días transcurren y su amado caballero no aparece…solo lo ve en sueños, la realidad es adversa, lucha en su contra.
Florencia, que ha despertado al trote de un noble animal, piensa sobre quien será su jinete… ¿Será su atuendo de capa y espada? ¿O quizás sea atuendo de fantasmal apariencia. Y sus ojos vivaces ¿Traerán pinceladas de mar, el embrujo del ámbar terrestre o la frescura del verde de la extensa campiña? ¡Dios, como pudo un galope, ponerme al borde del colapso! -piensa, ya despierta total.
Mira el dosel de su níveo lecho, que se bate suave frente a la brisa y suspirando camina hacia la ventana, desde allí escudriña el manto nocturno… ¿Podrá verlo? ¿Será un sueño, un delirio que oculta un fantasma? Fantasma que puede venir desde su propia conciencia -reflexiona-, suelta con arrogancia, la mata de su dorado cabello…
Ahora es el canto de los grillos, el concierto de las ranas y el parloteo amoroso del agua que corre entre piedras que la vuelve a sacudir…
Todo parece parte de un sueño, un fantástico sueño, pero no, es verdad, está ocurriendo…
Súbitamente Julián toma una decisión, decisión que suena tardía, pero, su amor por la doncella consume su corazón…monta su caballo y emprende en raudo galope…debe llegar lo antes posible…pues ha pasado la medianoche y con ella es posible la presencia del misterioso jinete. Negros y amenazadores nubarrones demoran la llegada del amanecer, no obstante, la hora señalada se aproxima…todo queda latente… ¿Será factible el encuentro programado por el destino?
La luz de la vela reflejada en el jardín principal ha despertado a Dorothea, la nodriza de Florencia quien acude presto a ver que está ocurriendo; casi sin aliento golpea en la pesada puerta del dormitorio….
-¿Qué pasa mi dulce Dorothea?
-¡Abre ya por favor!
-Bien, bien-abre-¿Qué ocurre que casi estás sin aliento?
-A ti que te ocurre, es de madrugada y estás con la ventana abierta y una vela en la mano…… ¡además es una noche especial, donde debieras estar muy guardada!
-¿Guardada?
-¿Qué haces despierta? ¿Acaso no sabes que hoy vaga por la comarca el misterio en corcel? ¿Que en estas horas oscuras se produce el sortilegio entre almas que aún no conocen el amor humano? ¡¡¡Pues se consagran en este instante el flechazo de lo que podríamos llamar amor profético, entre dos seres que despiertan al sonido de los cascos desenfrenados y el misterio que lo cabalga!!!
-¿Quieres decir que, en este momento, puede haber un caballero de carne y hueso, enamorado buscando a su dama? ¿Una dama que puedo ser yo?
-¡¡¡Calla niña insensata y cierra de una vez, la ventana!!!
Molesta la cierra y al hacerlo, cae desmayada.
Dorothea llorando, la toma entre sus brazos…hasta que reacciona.
-¿Dónde estoy? - exclama confundida.
-Tranquila mi niña, cálmate, con seguridad tuviste un mal sueño, estoy a tu lado, como siempre, ¿cuál es tu miedo?
-¡Debo salir! él me espera…- y en forma súbita sale del cuarto corriendo, rumbo a la planta baja...- ¡Ya voy, ya voy!
Llega al portal, lucha para abrir los soportes, logra su cometido… y sale despavorida- ¡Aquí estoy…espérame amado mío!
Saliendo del asombro, Dorothea, corre tras la desesperada jovenzuela…al llegar a la entrada, no quedan rastros de la misma, una densa neblina lo cubre todo…eso sí, es posible escuchar el galope de un caballo alejándose…mientras…otro parece acercarse…entonces recapacita y entiende lo acontecido…vuelve sobre sus pasos, entra en el castillo y grita desaforada…
-¡¡¡SOCORRO!!!…secuestraron a Florencia, robaron mi niña… ¿Quién pudo en escasos segundos tomarla sin ser visto y no dejar huellas? ¡¡¡¡Cuántos interrogantes para una sola noche!!!!
La brisa ya no trae aromas conocidos, tangibles ni mansos; ahora reina la niebla del misterio, junto a esos cascos que se pierden en el pozo oscuro de la madrugada…
Dorothea reza y cada cuenta de su rosario se va confundiendo con sus lágrimas.
-¡Dios perdona mi descuido! no supe, no pude o quizás sea el mismo encantamiento que me envolvió con sus largos dedos de hielo y no me permitieron tener en cuenta la fecha y las probabilidades de que en ésta, mi niña sucumbiera…..ohhhh ¿Será el fantasma, que resuelto ha venido a buscarla….o el hombre que de aquí en más será su amor infinito?
¡Suplico por la respuesta! –clama arrodillada frente al improvisado altar….
Para esto ya todo el castillo está revolucionado...la noticia tan temida hizo que a los pocos minutos Dorothea quedara rodeada pues todos desean saber cómo y qué pasó… ¿Alcanzó a ver al jinete? ¿Humano o fantasma? ¿Su pelo? ¿Negro, dorado o plata? ¿El caballo…como era? ¿Cuál fue su rumbo?
La congoja cubrió su ser, las lágrimas brotaron como cauce a campo abierto…pena, rabia, se sentía culpable… no previó que podía ser hechizada y que la miel del amor podría nublar su raciocinio.
Lo cierto era que una vez más se había cumplido la profecía…no obstante, quedó flotando en el aire el interrogante sobre las causas del incidente ocurrido ¿Negligencia o destino?...
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Autores
María de los Ángeles Roccato (Argentina)
Beto Brom (Israel)
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