- xq no viniste? Si ayer te esperé.
- perdón, pero me surgió otra cosa. Hacia la despedida una compañera de trabajo.
- pero yo te tenía anotado, agendado que venías a verme.
- sí, pero te mandé a buscar, yo no fui ahí pero te mandé a buscar.
- sabes que no es lo mismo.
- no es lo mismo, pero tampoco podés ser tan estricta, a veces y más cuando es la primera vez o sucede muy pocas veces, no podés hacer tanto escándalo.
- pero yo te esperaba, quería que me pruebes.
- y lo hice, pero en vez de ir al resto al mediodía y comerte ahí, te fueron a buscar en mi nombre y te comí a la noche. Se que es diferente, otro gustó, otro sabor, otro lugar. Si querés más íntimo.
- pero yo te tenía anotado que venías!!!!!! No podés así cambiar sin avisar.
- es que ese es el tema, querido bife, yo mandé a avisar y te mandé a buscar. No te dejé plantado, no te dejé en el restaurante, en el plato servido. Simplemente te mandé a buscar y te comí a la noche en casa.
- pero....
- pero basta, no hagas problemas cuando es parte de mi hora de descanso y cuando algunas veces, surgen inconvenientes. Además te repito, no te dejé tirada en el tacho de basura o esperando eternamente. Se aviso al llegar el turno y te fueron a buscar en mi nombre.
Diálogo del bife de costilla con su comensal.
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