Larva, es un perro que a pesar de su ración limitada de comida, es feliz y útil en su causa.

Año 2031 y el confinamiento por el virus se convirtió en el nuevo estilo de vida; un estilo de vida que nadie aceptaba a principios de la década, por lo que murieron millones en los enfrentamientos causadas por el hambre, tantos como por la enfermedad y que ahora después de la ley marcial impuesta por el gobierno de turno y la escases de todo, mutamos de alguna forma, así como el virus que cambia de forma todo el tiempo, por lo que no pudieron producir una vacuna efectiva.
Nadie imaginó que la agonía sería tan lenta. El petróleo ahora sólo sirve para alimentar las guerras que se dan en algunos puntos del mundo… Pues el medio de transporte urbano ya no funciona más, ya hace más de 5 años.

Sin embargo vivimos los que podemos soportar tal miseria, quizá por algún tipo de esperanza…

Ahora es Larva que nos ayuda… Nos trae comida. Aprendió el arte del trueque. Como la mayoría de los perros.

Mi hija creció en este encierro. No conoce un cine, y supongo que en sus recuerdos vagos disfruta de esos primeros pasos que daba en los parques y plazuelas de la ciudad, que ahora quedaron en eso, en recuerdos vagos, de cuando estaba aprendiendo a caminar.
El dinero como tal, desapareció… junto a ello, todo trabajo tradicional. El gobierno nos da una hora de agua al día y el resto nos lo deja a nosotros… a nuestra suerte.
Mientras la gente sale a morir o las fuerzas del orden los eliminan de todas formas.

Larva, es un perro que aprendió a ser lo suficientemente rudo, defendiendo con recelo el encargo… siempre tan útil en la causa.

El olor a muerte se instaló en nuestras memorias haciéndonos olvidar el aroma del pan. Hace años que no tenemos ni podemos tener un gato por mascota, pues resultaron que son portadores del virus. por lo que ahora forman parte de las quemas que se hacen noche tras noche…
El virus arrasó con las familias de todos los que conozco y por supuesto, arrasó con la mía…
Nadie imaginó que la agonía sería tan lenta. Nadie en este mundo creyó en la posibilidad de esta realidad, remota para muchos, muchos que ahora no están... muchos que ahora nos ocultamos como unas verdaderas ratas. Con el nudo, instalado, de forma eterna en nuestras gargantas.

Mientras Larva, nuestro perro de trueques, mueve la cola aliviándonos del ácido atardecer… a pesar de su ración limitada de comida.

Will