Brazos que se estiran hambrientos de abrazos.

Labios que reclaman besos no dados.

Hoy hace quince días que me hice un festín con sus caras.

Esa video llamada que nos unió.

“El reencuentro inesperado”

Mi alma tan vapuleada por tantas decepciones se sintió colmada de bienestar.

Sus rostros han sido un aliciente sintiendo el placer de tenerlos cerca .

Los cuatro contando sus actividades-

Sus ojos expresando lo que sus labios no se animaban a pronunciar.

Al verlos mi corazón se ilumino de amor pequeños.

Latía emocionado al verlos bien entretanto el espíritu saltaba de goce.

Me regalaron unas noches sin sobresaltos.

Ellos en un país extraño ante los peligros que los asechan.

Su mirada decía.

¡Abuela tenemos miedo!

Aunque tener miedo es necesario dado que somos humanos.

Nunca se olviden que cada uno tiene su ángel de la guarda.

Ellos están con cada uno de ustedes envolvimientos con sus alas.

Son hermanos que se protegen entre si con cariño , respeto.

El amor que siento espero que los abrace cada amanecer.

Recordando que falta cada día menos.

Que pronto esto será un recuerdo.

Donde todos aprendimos quien es quien.

Los valores, las miserias, la incapacidad de estar, de compartir.

La imposibilidad de querer.

CAL.COR