Letras al margen



Puntos de vista — N° 09 —




Puntos de vista y conclusiones particulares, que teóricamente o según el cristal de los anteojos con que se lean pueden ser y estar equivocados o tal vez no, puesto que ni siquiera yo mismo sé muy bien qué o quién soy, por lo tanto menos puedo ser portador de la verdad, tal como creo que nadie podría serlo. Sí acepto y respeto todas las consideraciones y los puntos de vista de quien quiera opinar.


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Cuarentena, mascarilla y distancia social establecen las normas que hoy son universales, normas para preservar el cuerpo, que guarda, cautela, envuelve y protege el espíritu, pero cabe preguntarse qué pasa con el propio espíritu con tanto encierro; en mi caso me pongo a pensar de esto, de aquello, en lo que fue, lo que es, lo que será y en muchas otras cosas, situaciones y circunstancias que me llevan a escribir lo primero, muchas veces sin o con poca importancia, que se me viene a la mente y… y bueno, así nacen variados puntos de vista.

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Nunca anoto la fecha en que escribo o me enamoro, cual es el motivo porqué lo hago no lo sé, quizá puede ser que los hitos del tiempo los considero menos importantes que los sentimientos de esos momentos y también puede ser porque tengo la costumbre de pensar que ayer y mañana sólo son simples cambios de atuendos del hoy, es decir que indefectiblemente mañana seguirá siendo mañana, hoy será siempre y ayer … bueno, ayer son sólo rastros en la nube virtual de lo que posiblemente fue un hoy.

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Cuando la tentación logra traspasar el límite de lo prohibido muchas veces queda atrapada, pero también muchas otras huye desencantada.

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En el amor y la pasión siempre lo prohibido es más tentador que la manzana en el árbol del patio ajeno, que la dulce miel del panal más alto y que esconder una carta bajo la manga para jugar y ganar en el póker; pero sin duda es muchísimo más peligroso y arriesgado que caminar sobre lava ardiendo.

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¿Será que los amores prohibidos me gustan más porque son condimentados con sal de mares profundos y adornados con polvo de estrellas lejanas que giran en la periferia del universo?
Todo puede ser, pero sinceramente me parece que es más dable creer en casualidades que escapan a lo que llamamos normalidad o también a lo que el sistema inculcado denomina permitido.

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En el tiempo de hoy en que se mezclan condiciones climáticas, políticas y virales con sensaciones y emociones que se trasmiten en pixeles, mega-bytes y emoticones y además si a todo eso le sumamos deseos contenidos, un encuentro de sexo virtual, según la pantalla que lo muestre y los parlantes que lo sonoricen, puede ser “casi” tan intenso y pasional como si fuera real.

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Y si se da el caso del punto anterior es bueno considerar que no será necesario tener tantas precauciones como si fuera real, puesto que entre otras consideraciones, incluso no será necesario usar mascarilla de tela para nariz y boca ni disfraz de poliisopreno o latex para el intruso juguetón.

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Incluido en libro: Pinceladas de tinta, inquietudes, divagaciones y otros
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