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Inicio / Cuenteros Locales / will_quisbert / La desventura de un hipocondríaco

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La fiebre es muy alta, a más de 40 grados, de eso estoy muy seguro. Cuarto día consecutivo y no lo puedo comprobar por culpa del termómetro a pilas que jamás debí haber comprado. Dios… ¿Por qué a mí? Por qué en plena cuarentena donde ni si quiera puedo salir por las pilas del puto termómetro.

Por lo menos tengo paracetamol –suspiro profundo.

¿Qué hice mal? – Me tocó salir el miércoles, pues ya no tenía verduras… Pero, jamás juego con mi salud… Uso el barbijo correcto, uso guantes y respeto el distanciamiento social… al menos hasta donde se puede, ¡Porque sé que a la mayoría de la gente de mierda le vale! ¡…y lo hago con la mayor disciplina! ¿Pero, por qué persiste la fiebre?
Uso tal higiene en casa, que al llegar, más que a hogar huele a lavandina… y nunca uso los mismos zapatos dentro, ¡por dios…! no entiendo, ¿por qué a mí?

Los síntomas no son sólo fiebre… No puedo comer nada desde ayer, tengo náuseas, y el dolor de espalda que tenía al principio ya está desapareciendo… Sin embargo no tengo molestias en la garganta, que es el síntoma más relevante del maldito virus, lo cual me alivia de cierta forma. Entonces, ¿qué es? Mi lengua está blanca y ando agitado, eructo continuamente… mi corazón parece querer salirse…
Desde ayer me hago nebulizaciones caseras con eucalipto y mentisan, sólo por si acaso… Me hago la prueba del vinagre, y aún lo huelo... Sonrío un segundo por eso.

Abrumado sin poder salir, y con miedo a morir de cualquier forma… Desolado, sin poder, ni querer avisar a nadie, por no preocupar o por no caer en una sala de alguna posta u hospital del cual sería cuestión de tiempo el contraer el virus… y como consecuencia, me eliminaría en tiempo record, en mi estado actual. Escalofriante…

Consumí bastante vitamina c, zinc y complejo B, todo de forma natural. Y ahora mi cuerpo tiembla…
No tomo más que paracetamol por la fiebre… evito el ibuprofeno y todo que contenga antiinflamatorios, por si acaso… ¿por qué entonces…? ¿Es coronavirus lo que tengo?

Consulto con un par de amigas médicas por whatsapp, aclarándoles que no es mi caso, mintiendo, quizá por miedo a que me lleven a una sala, me aíslen y expongan a todo tipo de bacterias y claro, al virus.
Una (de mis amigas) me dice que ese cuadro de síntomas no coincide con el del virus, que si no hay tos seca o congestión, pues no podría ser...
La otra opinión me preocupa, pues me dice que los patrones del virus varían de paciente a paciente, sin embargo le impresiona de que aún no presente dificultad al respirar o tos. Me pregunta si hay molestias al orinar o algún dolor en alguna otra zona, o manchas rojas en el cuerpo o dolor en los ojos, todo eso para descartar alguna otra enfermedad que está en su auge en estos tiempos…
Le digo que no hay otra cosa más que un dolor suave en la espalda, pero que todo bien al respirar, (que él) cree que es muscular -respondo. Me pregunta si hizo algún esfuerzo o quizá ejercicios- Le digo que sólo la caminata de más de 6 kilómetros (ida y vuelta) hacia el mercado, para hacer sus respectivas compras… Él cree que eso le provocó el dolor de espalda…
Entonces podría ser mialgia –responde. Básicamente es una lesión muscular por esfuerzo al cual sometes tu cuerpo de forma abrupta... ¿pero fiebre por cuatro días? Eso no lo entiendo –concluye.
Sólo quería saber si no era el virus –pienso y omito por alguna razón la necesidad de contarles sobre los eructos y sobre las náuseas…

Ambas me aconsejan que el sujeto, debe ir a un médico, pues la fiebre sólo es señal de malas noticias.

Muchas gracias, estaré en contacto con ustedes. -les digo a ambas, al despedirme (individualmente).

Entonces qué tengo. No entiendo; el paracetamol debía controlar la fiebre… ¿Qué tengo? Los tomo cada 4 horas, o 6 -como dice en google, según la necesidad. No comprendo…

¿Entonces, tengo el virus?

Leí que el maldito virus vive a más de 60 grados… entonces mi cuerpo lucha con fiebre y no sabe que me matará antes que al virus. Dios, moriré en completa soledad. Qué se dirá de mí, quizá un: -Pobre de mi hijo, mi hermano, mi amigo, ese pobre imbécil que se cuidaba tanto, que más parecía un loco. Hipocondríaco de mierda. Y mírenlo ahora, yace bien pero bien muerto, en alguna morgue, de algún hospital, apunto de ser cremado…
Quizá jamás debí haber criticado sus barbijos baratos… Nunca entendieron, sin embargo ellos vivirán y yo, pues, bien gracias, apunto de ser hollín.

Dios, quizá nunca me arrodillé como lo estoy ahora, imaginando que estás atento a mi plegaria, imaginando que quieres un poco de humildad como ingrediente suficiente, para así sanarme; de algo que no tiene cura… Dios, en qué estoy pensando… ¡soy un idiota! ¡Soy un fracaso…! Lo único que tenía que hacer era cuidarme, con la mayor efectividad posible… Carajo, tengo el mejor barbijo… el N95 para ser preciso, nunca me toco la cara ni la nariz, por Dios... ¿Qué quieres de mí? ¿Por qué no te llevas a la demás gente? Sí, a esa gente de mierda que no se cuida y que jamás se cuidará… ¿Por qué yo? –Amén.

Estoy furioso y no dejo de temblar…

Busco mi paracetamol, pues mi cabeza arde y mi cuerpo se está enfriando… Camino con dificultad y prosigo con el ritual: El paracetamol es grande, entonces lo corto en dos para tragarlo en dos tragos… ¿Por qué es tan grande?

A ver, a ver… ¡Es de 1000mg! Lo gugleo y NO ¡Por dios! no es posible… ¿en qué carajos estaba pensando?


Tenía que haber tomado, esa dosis, cómo máximo, tres veces al día… Yo lo hacía más de 5 veces sin tomar en cuenta los putos 1000mg. Soy un tonto… Leí mal. Cada 4 horas, pero en menor dosis… Me golpeo la cabeza.
¿De dónde saqué que el paracetamol es inofensivo?

Me informo y concluyo de que mi hígado estaba apunto de colapsar… No es cosa para tomarlo a la ligera, claro que no…
–sudo frío enfrascado en un alivio turbio.

Suspendo el paracetamol, la fiebre baja, el temblor desaparece y mis ojos no están amarillos, -síntoma de que mi hígado estaría arruinado-

De inmediato averiguo alguna manera natural de desintoxicar mi muy dañado hígado. Al fin, comprendiendo el porqué de mis síntomas… Veo que el jugo de remolacha ayudará. Me preparo un gran vaso y al ingerirlo noto cómo mi hígado y mi cuerpo en sí, lo recibe con los brazos abiertos, como a su salvador, como al antídoto a mi estupidez.

Por lo menos ya no seré cremado… ¿O sí…? Dios…



Will

Texto agregado el 22-04-2020, y leído por 93 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
23-04-2020 Pobre!! Tu personaje lo pasa muy mal. mialmaserena
 
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