Te miro y eres capas de mostrar dos mundos distintos
Miro al espejo y lo que veo es...
Una persona con cara de interrogación. Pidiéndole a sus ojos que le ayuden a ver algo más profundo, que un par de espinillas que intenta reventarse... pero le gusta, creo.
Tengo algunos pelos en la cabeza, ojos café claro. Una oreja que obtuvo un hoyo que la otra no pudo conseguir... sigo viendo los mismo ojos que te hablé hace una línea atrás... creo que no muestran mucho más que el simple color que te dije. En este momento parecen inseguros, de lo que me dicen. Tampoco saben si lo que están viendo es real o ficticio. La única idea que los mantiene despiertos, es que saben que ven. O deben tener la imaginación muy desarrollada.
No quiero escribirte acerca de la boca, pera, orejas, pestañas o cualquier otra cosa que yo consiga ver en el espejo... prefiero centrarme en los ojos. Me muestran dos mundos distintos... el interior, que depende del estado de ánimo que yo pueda tener. Y el exterior, que para mí es solamente el color. Hace que el ojo sea más llamativo o simplemente, pase un poco más desapercibido... creo.
Prefiero escribir acerca de los ojos que yo pueda llegar a ver en el espejo. Por la simple razón, que debo conocer primero que nada, a los ojos. Que a los dos mundos que ellos pudieran llegar a mostrarme en otra oportunidad. Y no escribir acerca de estos dos mundos que todavía no conozco. También porque quizás podría llegar aburrirte. Esto que te cuento ahora probablemente también te aburra (incluso yo, me aburro un poco), pero créeme, te aburro menos de lo que estos dos mundos, podrían llegar aburrirte.
De un momento a otro. Comienzo a ver unos ojos con pena, ojos pequeños con grandes pensamientos. El pensamiento es acerca de ella, es lo natural que piensan estos ojos ya no tan enamorados... ahora veo en cada ojo, un signo de interrogación. No sé que intentarán preguntar. Decido pensar y soltar el lápiz por un rato... lo tomo de nuevo, pero esta vez. No consigo ver nada... pareciera, que no aprendí a mirar.
Fin
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