REFLEXIONES DE UN OCTOGENARIO
Hola amigos:
Aunque me cuesta trabajo creérmelo en febrero de este año 2020 cumplí 80 inviernos, todos los días leo el periódico y no sé si por diversión, chisme o susto. Me fleto el obituario buscando a mis contemporáneos ¿y saben qué? Ya van muchos que han colgado los tenis, así que a los que llamo mis amigos son la mayoría jóvenes y ni me pelan.
Me veo en el espejo y me pongo a pensar la cantidad de enfermedades que he tenido y aún tengo, las operaciones quirúrgicas a que me he sometido. Sin embargo, como los carros viejos he tenido buen mantenimiento y todavía funciono. ¡Bueno! Hay que ser optimistas.
Desde luego, las aficiones que en mi juventud eran importantes para mí, ahora, sólo en el recuerdo. Fui bueno para el “chupe”, sobre todo como vivo en Torreón donde hace un calor de la fregada, nada tan maravilloso como una caguama bien fría. "Nanay", ahora agüita, pero con poco hielo. Por fortuna nunca fumé, y eso fue por pendejo, nunca aprendí, se me iba el humo por otro lado.
Y qué decir de las damas, no soy coscolino, aunque mi mujer dice que de joven lo fui. La verdad es que no, mi físico no despertaba ni despierta pasiones tormentosas. Ahora como tengo algún dinerillo, alguna interesada fémina me haría caso. ¡Ay Dios! Sólo las miro y las aprecio, porque si alguna me hiciera ojitos. ¡Qué vergüenza! Le tendría que pagar para que no anduviera de chismosa.
Lo bueno es que no tengo dificultad para leer, así que es mi hobby y me la paso padre. De “Güevón”, dice mi vieja, ya que no doy golpe en las tareas domésticas ni lo daré. También me gusta escribir, pero, la inspiración, al fin mujer veleidosa, cada vez más seguido me abandona. ¡Ni modo! Así es la vida.
Con esto del Covid-19, no salgo ni a la puerta, pues si me da, marcho. Soy médico y trabajaba en los hospitales, ahora si me paro en uno de ellos sería como paciente, no como médico tratante. Y a estas alturas con respirador (si hay) o sin él de todos modos me voy a la dimensión desconocida. ¡Y no! Aún se me ocurren muchas pendejadas que tengo pendientes.
Espero que ustedes no estén aburridos con esto del encierro.
Su amigo.
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