Veo que te quedó un dulzor en la boca
Equivocándose el sabor una vez más
creyendo que tus labios comieron miel
de la incertidumbre que me aplasta
sintiendo que tus dedos tocaron mis nubes
o es la ilusión que me consume
insistiendo en que tu piel roce el deseo
adornándome dentro de esta locura
que tu lengua probó alguna mañana
en el néctar amable que acompaña
a cerrar los ojos para disfrutar
esa tristeza que deja el olvido
jugando con el destino invisible
desaparezco bajo tus uñas que una vez mas
rasgan las letras que escribo
con el pudor dejado en el paradero
donde tus movimientos se hicieron eternos
y los cambiaste por un boleto a la muerte