Who can be now gay parte 26
Oscar despertó ese mismo día en la tarde, Gustavo estaba en la habitación junto con Laura.
-¡amor! Cómo te sientes – le preguntaba Gustavo.
-doctor – gritaba Laura
-mi amor – le decía Gustavo recargado en la cama y tomando la mano de Óscar.
El médico lo revisó, pero todo seguía igual, lo único es que estaba despierto.
Al pasar los días lo dieron de alta para dializarlo en casa. Acondicionaron una recamara de la casa de Gustavo,le dieron instrucciones para hacerlo de manera correcta.
Cuando llegaron a la casa Óscar estaba muy delgado, no tenía fuerzas para caminar, Gustavo lo cargó hasta su cama. Lo conectaron de nuevo para dializarlo. Isabel y Ramón trataban de ayudar.
Gustavo dormía en un sillón en la recamara, no se separaba para nada de Óscar. Lloraba con los recuerdos vividos con él, veía las fotos en su celular, de las primeras veces que salían juntos, cuando hicieron el amor por primera vez cuando le pidió que fueron novios y cuando le dijo que se casara con él.
Pensaba que era injusto todo lo que estaba pasando. Hasta que el médico les refirió que Óscar ya no respondía al tratamiento, necesitaba un riñón, quién se lo podía dar era Laura o sus padres.
Óscar fue trasladado al hospital, le hicieron muchos estudios a Laura, a los padres de Gustavo, Eyén, Leo Claudio se hicieron estudios, pero ninguno de ellos era compatible con Óscar. Los únicos que quedaban eran los padres de Óscar.
Oscar despertó después del efecto de los medicamentos hablaba muy despacio pero estaba consciente de lo que pasaba.
-¿cómo te sientes? – le pregunta Isabel
-mal, me duele la espalda y creo que se me está formando una ulcera en la espalda
-lamento lo que te está pasando contigo. Todos ya nos hicimos examines, pero ninguno de nosotros te puede donar un riñón, el único que lo podría hacer es tu mamá o papá – le comentaba Isabel mientras Óscar tomaba fuerzas para hablar.
-yo hacía todo con mi papá, en realidad no cambió nada, porque cuando le dije la verdad me echó de su vida… así que me preparo para ir con Dios
-no hables así, todo va a salir bien – le alentaba su futura suegra.
-quiero hablar con Gustavo.
-no está, salió a buscar unas medicinas con tu hermana.
Cuando regresó, Gustavo subió a ver a Óscar quién lo esperaba en la cama listo para pedirle algo muy difícil para los dos.
-¿estás bien? ¿Te pasa algo? ¿Necesitas algo? dime aquí estoy – le dijo Gustavo visiblemente afectado por lo que estaba pasando.
-quiero decirte algo.
-¿qué tienes amor?
-yo sé lo que me está pasando y que no hay mucho que hacer por mi
-no digas eso. Estoy reorganizando mis horarios para estar contigo todo el tiempo posible.
-déjame terminar. Tengo algo que decirte, no tienes que hacer esto.
-claro que sí, tengo que estar ahí en consulta, en todo, estoy en todo contigo.
-quiero que te cases y seas feliz, hagas tu vida.
-no digas eso, estoy reorganizando mi vida por ti, te necesito Óscar ¿no te das cuenta de todo lo que estoy haciendo por ti? Quiero compartir mi vida contigo - Gustavo se levantó de la cama llorando – no me pidas que haga eso, no. Estamos haciendo lo posible para que te pongas bien amor.
-sabes que ellos jamás vendrán, yo para ellos soy como el diablo.
-pues no me importa lo que tenga que hacer pero tú te vas a salvar – salió de la habitación llorando y azotó la puerta de la casa.
Isabel escuchó la petición de Óscar y fue entonces cuando intervino.
Continuara…
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