Los domingos no tienen color;
calor a veces (y un chingo).
Pero color nunca o será
que no lo distingo.
Los domingos son martiritorios
Chiquitos
que se me olvidan
llegando el viernes.
Los domingos huelen como a
nostalgia, tristeza de época,
a comida y disgusto familiar a veces.
¿Son el último día de la semana o
el primero?
Ahí es donde radica el problema
del domingo:
¿es el primero o el último?
No sé, pero algo debo de hacer
En estos pinches d-o-m-i-n-g-o-s
en que el hastío y el
remordimiento me perforan
por supuesto un pinche domingo de octubre.
Texto agregado el 01-10-2004, y leído por 2762
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
17-12-2004
Que bueno, tiene ese arrastramiento cansado de un mal domingo. Mis estrellasssss libelula
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