Reflexiones al pasar
Brevedades — N° 4 —
Brevedades inconexas que nacen buscando inspiración a la sombra de una ausencia y al calor de una copa de licor, acompañado por el rítmico compás de una amenaza latente.
Agradezco no ser
No sé a quién o a qué, pero doy gracias por estar llegando a los ochenta y en toda mi vida, aunque habiendo sido actor en sindicalismo y por ende en política; también tenido inquietudes filosóficas y existenciales; gozado y gustado de las competencias y colores de camiseta, nunca en mi vida pretendí ser miembro de partidos políticos, cofradías, clubes y mucho menos religiones.
Por eso aunque tuve manifestaciones, posiciones, gustos y simpatías e incluso alguna atracción política por causa de unos ojos vivaces y un cuerpo provocativo, me congratulo de no haber sido parte interesada ni registrada de ninguna organización hegemónica de la índole que sea, salvo aquellas necesarias para comer, vestirme, tirar una cana al aire y aunque escuálida tener una pensión que me permita subsistir y seguir escribiendo lo que logre dictarme la inspiración.
¿Podría ser?
Así como va esta civilización de la que somos parte no sería descabellado pensar que en un futuro no muy lejano, aunque hayamos tenido brutales y devastadoras lecciones bélicas y pandémicas, los humanos nos hallamos transformado en un conglomerado de seres irracionales e insensibles sin pie ni cabeza y este mundo sea un gran depósito o basurero de seres amorfos envueltos en un envase de plástico. Por lo tanto seremos entes simplemente desechables, pero por desgracia no degradables. Entonces el mundo sería una montón de basura robótica y sintética con resabios de humanos, que se ira depositando capa a capa hasta finalizar transformado en un planeta muerto que vagaría a la deriva en el espacio sideral.
Cerebro, corazón y piel
El cerebro es razón, fríamente piensa, deduce, pregunta y responde.
El corazón es motor, se contrae, se dilata y rítmicamente bombea,
pero también lo hacemos encargado y guardián de la pasión,
por lo tanto siente, vibra, ríe, llora, duele y es puro sentimiento.
¿Y la piel?
La piel es la capsula que envuelve y cobija el cuerpo entero.
Por ende mientras el cerebro piensa y el corazón late y bombea
la piel los protege y a duras penas con encojes y alargues los contiene,
por lo que va exudando y expeliendo por sus poros el frío sudor de la razón,
a la vez que arde como fuego y brasas atizando el rubor de la pasión,
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