Un sueño inesperado

-No quiero vivir... vivía con esa idea. No sabía cuál era su razón para vivir, siempre se lo preguntaba. También se pregunta acerca de la existencia de algún Dios, de algún ser superior a él, si es que se le puede llamar ser.
Quizás venía a proteger al mundo de algún animal peligroso, o de alguna droga letal que esté exterminando a este mundo, ya casi exterminado por las guerras...
Se preguntaba todo el tiempo... ¿para qué vivir?, si puedo morir y estar sin preocupaciones, si puedo no hacer nada y no pensar en ella todo el tiempo... ¿Qué estoy haciendo acá?, quizás me haría bien ir a verla a su casa...
Camino a la casa de la mujer que más tiempo le quitaba, que más quería en el mundo, que lo tenía ya casi prácticamente loco, que lo tenía sin ganas de ni siquiera de vivir... prendió un cigarro. Pasaba por la playa, arena blanca, niños jugando y otro nadando, incluso uno parecía ahogarse. Pareciera que él no mostraba importancia a lo que sucedía delante de sus ojos. Al otro lado de la playa, una preciosa plaza, cada vez que la miraba la encontraba diferente. Según él había un columpio más, o a veces incluso, podría ser uno menos... daba lo mismo, era diferente.
Tiró el cigarro y tocó la puerta de la casa donde se dirigía ya hace un rato. Era un día precioso para él, ni un rayo de sol, ni una sola gota de agua y el pelo ni se le movía...
- Hola tía... ¿Cómo está?
- Hola, bien gracias ¿y tú?, pasa
- Gracias... – le dije-. ¿Está la Ale?
- No... salió, pero te dejó una carta por si acaso venías, toma. ¿Quieres pasar?, espérala en el living si quieres...
- No gracias, prefiero irme... Chao
- Bueno, que te valla bien, Chao.
Nunca estaba cuando la iba a ver. Pero tampoco nunca me había dejado una carta. Se le cayó una lágrima. Había echado a perder el día, entonces prendió otro cigarro y corrió, cada vez más rápido. Ahora el pelo si se le movía y cada segundo que pasaba sus ojos se le inundaban un poco más... siguió corriendo...
Se cayó de la cama, se despertó todo transpirado y cansado. Miró el reloj, marcaban las 4:16, apagó la radio y siguió durmiendo...