Dormir contigo
era elevarse al
inexistente
paraíso.
El perenne atardecer
comenzaba contigo,
la noche era eterna,
los relojes no existían
drogados por el tiempo.
Mirar al fondo de tus ojos
iiridiscentes
calcinaba mi piel,
un incendio
de clavos y de alambres
de nísperos y damascos.
fracturaron
de lágrimas
el árbol de la esquina.
Muchas veces corrí
mojada y turbia
enemiga del agua
temblorosa
hasta caer,
enemiga del viento
y de la arena.
Texto agregado el 04-04-2020, y leído por 227
visitantes. (6 votos)
Usas una envoltura muy linda para expresar la tristeza... Felicidades. krisna22z
04-04-2020
—Buscando en las tres partes del poema encuentro y veo que la noche eterna se transformó en las lágrimas de aquel árbol, mientras los relojes drogados aparecieron trayendo tiempos tormentosos de agua, viento y arena. —Un abrazo. vicenterreramarquez
04-04-2020
Una dualidad críptica entre el dolor y el placer culpable de lo vivido. 3*
Me quedo con 2 pues no comunica. Nazareo_Mellado
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