Inicio / Cuenteros Locales / larsencito / Si Santo Tomás levantara la cabeza
En Duruelo, muy cerca de mi pueblo, hay un convento de Carmelitas Descalzas. Es una orden de clausura. Mi hermana Nieves tiene una farmacia y es una de las pocas privilegiadas que puede hablar con las monjas cuando les lleva los medicamentos. Con clausura absoluta y todo, el miedo al coronavirus, nadie sabe cómo ni por qué, ha saltado las tapias del convento. Dice Nieves que ellas han estado dando vueltas al asunto y después de meditar, largo y tendido, han encontrado la receta para acabar con el virus. Ni mascaras ni respiradores ni leches. La fórmula magistral es un millón de Ave Marías. Ni uno más ni uno menos. Se necesita un millón personas que rece un Ave María. Si las penitencias de mi infancia eran dos Padres Nuestros y un Ave María para pagar un pequeño hurto y dos atentados en solitario contra el sexto, la extrapolación de las monjas indica que el pecado cometido debe ser de tomo y lomo. Coincido con ellas y además me encanta como estas Carmelitas han implementado las técnicas capitalistas a la penitencia; primero lo del millón, “millón”, como todos sabemos, es una palabra más amiga del dinero que de las oraciones; y segundo, el maravilloso acierto de privatizar beneficios y socializar las pérdidas también en las penitencias. Porque que yo recuerde los tres Padres Nuestros de mi infancia me los rezaba yo solo. Y no yo y dos amigos.
Bueno, al menos hay que reconocer que ellas llevan bastante bien lo del encierro. |
Texto agregado el 02-04-2020, y leído por 95
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Lectores Opinan |
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03-04-2020 |
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Original y reflexivo texto. Creo que estamos en tiempo de oración y recogimiento; pero debe ser íntimo y sincero. No producto del temor. maparo55 |
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