Who can be now gay parte 24
Días después, Óscar y Gustavo emprendían su primer viaje como una pareja comprometida. Iban a una casa en la montaña. Era un lugar frío, tranquilo, lejos de la civilización, ideal para pasar el momento completamente solos.
-estamos lejos de toda civilización – dijo Óscar.
-así es, para que nadie nos moleste.
- ¿y a que venimos?
-estamos aquí para hacerte el amor todos estos días, acariciarte, besarte, despertar contigo – le decía Gustavo al odio a Óscar.
-eso suena tentador – le respondió Óscar con un dulce beso.
Había llegado la noche, la chimenea estaba encendida, Gustavo se había despojado de sus prendas al igual que Óscar. Los dos estaban en la cama, le besaba cada rincón del cuerpo de su novio. Le mordía la oreja, le decía palabras románicas.
Hacía frío, pero el calor de sus cuerpos era suficiente para no sentir más que el deseo de estar juntos. Así fueron los seis días que estuvieron en aquella cabaña. Lo que ellos no sabían es que para Óscar y para Gustavo vendría una de las pruebas más difíciles para los dos como pareja y seres humanos.
-me voy a bañar – dijo Óscar
-amor - Gustavo lo observó – ¿no crees que estás muy delgado?
-no lo sé, me veo todos los días en el espejo y no lo noto.
-yo te veo más delgado que antes
-me siento bien
Lo que si era verdad es que Óscar tenía días sintiéndose mal, pero no decía nada para no preocupar a su hermana ni a Gus.
Al regresar de sus vacaciones se topó con la noticia que el supuesto padre de Nolan le quito la casa a Laura.
Gustavo le dijo que Óscar podía ocupar su casa sin ningún problema. Para el joven odontólogo era incomodo ya que dormiría en la recamara de su novio, no era la misma confianza que tenía con su hermana.
Una semana después, Óscar inició su servicio social en una clínica dental privada, Gustavo ya trabajaba en el despacho de la hermana de su novio. Pero fue un día en el que todo cambió. Eran las 9 de la mañana, Nolan estaba en la guardería, Laura y Gustavo estaban trabajando en los juzgados, Óscar estaba en el consultorio tenía dos pacientes que atender, se dio cuenta de que tenía las manos y pies hinchados. Tenía ganas de orinar pero no lo hacía. Tenía un ligero dolor en la espalda baja que conforme pasaba la mañana se intensificaba. Refirió a sus pacientes con otro odontólogo y se fue a casa de Gustavo, se sentía muy mal.
-¿estás bien? – le pregunta Isabel la madre de Gustavo
-no me siento bien.
-¿necesitas algo?
-descansar, gracias.
Se subió al cuarto y durmió todo el día. Cuando Gustavo regresó de trabajar pasó a dejar a Laura a casa de Claudio y se fue a su casa, se encontró que Óscar seguía dormido.
-por la mañana regresó Óscar, y se metió a su cuarto y sigue dormido, dijo que se sentía cansado, pero yo escucho que se queja de un dolor
-voy a verlo – respondió Gustavo. – ¿amor? ¿Estás bien? – pregunta Gustavo
-tengo frio y me duele mucho la espalda.
- ¿comiste algo?
-nada desde ayer, no tengo hambre. Creo que es el riñón, una infección, no puedo orinar.
- ¿necesitas algo? – le preguntó Gustavo.
-quédate aquí conmigo – le dijo Óscar. Gustavo se acostó en la cama junto a él y se toparon con la cobija, Óscar estaba temblando de frio, Gustavo con sus musculosos brazos le daba calor. Más tarde, Isabel pasó por el cuarto de su hijo los vio juntos abrazados. Le dio gusto verlos juntos porque estaban felices.
Por la madrugada, Óscar se levantó y vomitó, eso preocupó a Gustavo, bajó a buscar el teléfono y hablarle a Claudio pero cuando regresó al baño, Óscar estaba en el suelo.
Continuará…
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