Aquel llanto lapidario en la quietud de la noche quizás anuncia el reproche de un corazón solitario. Un gemido casi a diario es señal de sufrimiento una ráfaga del viento castigando el vecindario. Ella, sigue disfrutando con el amante de turno entre copas va cantando. La desgracia de Saturno en su rincón divagando entre lo diurno y nocturno.
Texto agregado el 27-03-2020, y leído por 248 visitantes. (1 voto)