EL PLANETA PIDIÓ RESPIRO
El planeta se paralizó por un simple virus, las ciudades y los pueblos; sus calles, plazas, playas y lugares de encuentro, donde alguna vez estuvieron llenos de gente, de bullicio, de espectáculos, de un momento a otro se convirtieron en lugares fantasmas.
En los países del mundo, incluyendo las grandes potencias, como Estados Unidos, Rusia y China; las grandes organizaciones, como el G20, la UE, la ONU, los grandes grupos económicos, fueron derrotados por un virus.
La OMS declaró Pandemia mundial, las naciones decretaron emergencia sanitaria y encerraron a todos sus habitantes en sus casas.
En China, Italia, Francia y en otros países, los muertos se incrementaban, no importaba la clase social, la religión, la política, si era estudiado o no, si tenía dinero o no, si era petrolero, si tenía dólares.
Las universidades, colegios, empresas, comercio, terminales aéreos y terrestres, fueron cerrados y las personas fueron confinadas en sus lugares de vivienda. Los grandes líderes políticos y espirituales se escondieron.
El coronavirus (COVID-19) continúo propagándose por todo el mundo y no tenía cura, no había vacunas, los medicamentos como el ibuprofeno, motrin, advil y aspirina para síntomas de gripe o de fiebre, era más peligroso tomarlos porque en ellos, el virus se acogía. Se recomendaba con insistencia, tomar bebidas calientes como el agua de panela con limón.
En Europa, los hospitales colapsaron y los médicos tenían que decidir, quien vivía o moría, por que los contaminados con el virus, sobre paso la capacidad de atención en sus hospitales.
Pero, ¿por qué, este virus se ensañaba contra la humanidad?, no será una advertencia divina. Los jóvenes, no son formados en una religión, donde le teman a un ser superior. No respetan reglas, ni a sus padres, no respetan la constitución, ni el manual de convivencia en los colegios, son personas sin orden y sin ley.
La clase política es deshonesta, se roban los recursos del pueblo, las asignaciones para salud y alimentación de la población más pobre se pierde, dejan a los colombianos aguantando hambre y los recursos se van para unas solas familias.
En Colombia, con la reforma de la Constitución de 1991, retiró de su preámbulo la invocación de Dios, suprimió la religión de los colegios; solo le dio derechos, a los colombianos y por eso, esa generación, no atiende ordenes, no estudian, los padres los llevan al colegio para que el profesor se los cuide y les den de comer, no respetan a los profesores, se colan en el Transmilenio, le pegan a la policía, las leyes son muy blandengues, los menores de edad pueden matar y robar y no los ajustician. Los presos en las cárceles se amotinan, hieren y matan a sus vigilantes y no pasa nada.
No será, que hay que volver a los tiempos donde el humano, es menos que Dios, hay que volver a creer, a respetar a convivir como personas, sin hacerle mal a nadie.
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