¿Qué detuvo tu aventurero caminar inquieto?
Luego de creer que todo lo habías encontrado:
Agua dulce en Camarones para calmar la sed,
alimento en abundancia desde el mar salado.
En la abundancia lo poco es el extraño tesoro
y en la escasez, lo que tenemos despreciado.
¿A dónde fueron? ¿Por qué partieron?
¿Qué empujó tu paso firme hacia el norte?
A revivir antiguas historias como nuevas
a temer en las noches y padecer el hambre,
a caer tendido para luego ser conservado.
Los latidos que marcaron tus pasos, tu andar,
nunca fueron lo suficiente para dejarte parado.
¿A dónde fueron? ¿Por qué partieron?
No serás más hermosa mujer de cráneo alargado,
presagio madrugado del pensamiento humano.
Nunca serás mejor visto hombre de cráneo elevado
desde la playa Chichorro a ser cabeza de lo humano.
Y en la simplicidad de tu esclavizado pensamiento
que atesoraste junto a tus otros tesoros preciados,
buscabas con pasos agigantados el eterno alimento.
¿Qué dolor de amor te diferenció de nosotros?
Que al morir tu compañía, el calor enamorado,
no quisiste resignarte a dejarlo del todo olvidado.
¡No quisiste que se fueran! ¡No quisiste olvidarlos!
No me importa si el sol seca tu cuerpo quemado
o sí el frío de la noche con su viento de mar salado,
te roban en pequeños trozos esos rostros amados.
Cuando te vayas alejando lentamente de a poco
con el suave barro los vacíos que dejaste rellenaré.
Te vestiré de pieles con arreglos de verdes ramas,
y al tocar la suavidad de la tibia arcilla te soñaré,
corriendo entre escasa vegetación y abundante arena.
Sonriendo sumergida en la calidez del sol te recordaré.
Ataré tus pies y brazos con suaves cuerdas de ramas
y con la misma piel que en vida te cubrías te vestiré.
La suave piel de peludos animales ahuyentará
el frío que te inunda en esa extraña soledad.
Entre los tesoros de verde hierba reverdecerá,
la carne que se seca muerta ante nuestros ojos,
atada firme por varillas a tus huesos quedará,
lejos del mundo, a salvo de la agreste sequedad.
Y cuando los fatigados músculos no puedan más
la muerte atrapada entre suaves tonos ocres vivirá.
Hoy tengo conmigo atrapados a quienes se fueron
existiendo en vídeos que se repiten en el tiempo.
Sonriendo por la eternidad, amarrados en imágenes.
¡Sin máscaras! En trozos reconstruidos de momentos
que avivan grandes emociones en pequeñas pantallas.
Quiero cerrar los ojos, sumergirme en visiones lejanas
anhelar, soñar y despertar abrazado a lo buscado.
Y te miro a lo lejos sintiéndome tan diferente
con la tristeza que no hace más que acentuar
esta la interminable búsqueda que no acaba.
Hoy a tres pasos esta la puerta del alimento,
y aún así nuestra búsqueda nunca termina.
Nos construimos un mundo virtual entero
para escudriñar caminos nunca recorridos.
Hoy quiero dejarte un mechón de mi cabello
presencia de otras vidas, de lejanos hermanos.
Hoy tras tatuajes tribales me siento contigo,
parodiando latidos anclados a borrados pasados.
Hoy quiero reconstruirte para torpes sentidos,
retenerte en frescos pensamientos ilusionados
y a fuerza de la fragilidad que escapa eternizarte.
Te modelaré hasta la saciedad con abundante arcilla,
soplaré incansable sobre tu seca nariz inmutable
esperando alimentar la fantasía de la perdida lozanía,
y quizás con un tibio respiro abras tus ojos a la vida,
insinuando una dulce sonrisa tras la máscara de barro.
En la abundancia lo poco es el extraño tesoro
y en la escasez, lo que tenemos despreciado. |