Aunque es una poesía que subí en el año 2018, me pareció bien volver a hacerlo ahora. A todos mis amigos y compañeros de letras, un fuerte abrazo y el deseo de salud para ustedes y seres queridos. Magda.
Envuelta en la bruña incierta
de estos días que suman en sentido inverso,
recogí del viento el suspiro de un ave,
la alegría cantarina del agua,
y el susurro amoroso de los sauces,
recostados enamorados sobre el río,
intentando sumergirse en su corriente,
para viajar alejados de sus raíces,
que los mantienen aferrados a la tierra,
añorando distancias.
Me reflejé en el río,
que me mostró un par de ojos de mirada inquieta,
de párpados pesados por los años,
hartos de restar sueños y sumar ausencias.
Me reconocí mujer madura, mujer urbana,
innegable figura del día más día,
arrugas de alegría marcando los labios,
de tristezas, bordando los ojos.
Y me sentí sauce…
enraizada a mi tierra,
enamorada del río,
añorando distancias.
Me acarició el viento…
envolviéndome con sus giros,
despegándome de la tierra,
y partieron mis letras,
por corrientes de sueños
empapado mi ramaje,
en aguas de vida.
María Magdalena Gabetta
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