El cansancio me hacer ver
clavos voladores que me persiguen
ante una lluvia de papel confeti multicolor,
como si estuviera en una fiesta en cámara lenta,
o como si fuera una película al estilo Alfred Hitchcock.

Al fondo un payaso diabólico tipo Guason como el de la película de Todd Phillips
me observa desde su cómplice ventana.
Sabedor de que lo estoy viendo, levanta una cartulina con letras en rojo que dice:
“Morirás al caer la noche”.

Cierro de inmediato la cortina de la ventana.
“Estúpido Payaso loco”, balbuceo.

¡La cena está servida!, grita Dolores, la dueña de la casa de huéspedes.
Bajo el piso corriendo, pues su dicho preferido es:
“A la mesa y a la cama sólo una vez se llama”,
se lo había escuchado, según me dijo, por primera vez a la española Paloma San Basilio.

Al platicarle lo del payaso, sin darle la mayor importancia me dice:
Coloca un espejo, ¿qué no sabes de las maravillas del espejo?. No.
Pon el espejo grande que tienes en tu ventana
para que deje de observarte y sólo él verá su reflejo.
El espíritu dentro del espejo, lo atrapará.
Pensé “esta mujer está igual de loca que yo”.
No obstante, días después y de mucho meditarlo, seguí su consejo.

Pasaron varios días, sin volver a ver al incómodo vecino de enfrente.
Cierto día otra vez lo mismo.
¡La cena está servida!, grita Dolores, la dueña de la casa de huéspedes.
Bajo el piso corriendo, pues su dicho preferido es:
“A la mesa y a la cama sólo una vez se llama”.

En la sobre mesa, de esa forma tan peculiar e indiferente que tiene, me dice:
¡Sabías que mataron a “tu querido” payaso?
¡Cómo!, ¿pues qué le pasó?.
Según las investigaciones lo asesinaron,
encontraron una evidencia que decía “Morirás al caer la noche”.
tenía un montón de clavos enterrados en todo el pecho.
Pero lo más curioso es que antes de morir,
alcanzó a dibujar, en el cristal de su ventana,
al estilo de la película “El código Da Vinci”,
una flecha ensangrentada en dirección al exterior,
se cree que es una importante pista que dejó antes de morir.