Muy celebrada en todo tipo de desfiles y ofrendas florales es la figura del soldado desconocido. Nunca jamás sin embargo se ha homenajeado al simple mortal que se ha ido sin decir demasiado de lo visto y oído. En el fondo somos ellos, como lo seremos nosotros de los que vengan después. Y no es que su mutismo o el nuestro haya obedecido u obedecerá en la mayoría de los casos a falta de cosas que decir. El silencio también puede tener algo de heroicidad. No en vano ahí están "los héroes del silencio" con sus arpegios tan ilustrativos. Otros días vendrán otros que también aprenderán a callar. Es cuestión de tiempo. Y otros días la gente tomará conciencia del hecho de que el lenguaje es mayormente un instrumento de "descomunicación" antes que el del fin para el que se hizo.