Descubriéndome , sin él.
Por Luis M. Villegas.
Todo apuntaba a que lo nuestro era un sueño. Mi formación se dio en una familia clasemediera como tantas, en donde la figura de mi padre jugó un papel mas que fundamental ya que mi madre como todas las señoras de su época se dedicó a la crianza de los hijos y a servir de báculo para apuntalar la carrera del esposo. Crecimos viéndola embellecerse con sólo recoger sus largos cabellos rubios formando una corona sobre su cabeza , siempre imprimiendo en su rostro una sonrisa que a fuerza de los años y tal vez de las decepciones se fue convirtiendo en una mueca que reflejaba su muy interno sacrificio al cual pocas veces nos dejó asomar convirtiéndose en una tierna figura ,siempre de acompañamiento.
Tal vez esto de alguna forma nos sirvió a los hermanos para formarnos un paradigma para nuestras vidas futuras porque casi todos establecimos una pareja muy tradicional con la que nos casamos , siempre con la esperanza de no repetir el mismo esquema y a fuerza de preparación mis hermanas y yo pudimos hacer carreras profesionales , eso si, en terrenos donde la mirada vigilante de mi padre considerara propios para unas señoritas provincianas que solo debían dedicarse a cuestiones mas pegadas a el arte y a la cultura, siento yo como un complemento que hiciera brillar mas a nuestras parejas que a nosotras mismas.
De todos los hermanos no podía faltar la oveja negra. Mi hermana Sonia se inclinó por las Ciencias Sociales comenzando por la lingüística y terminando en Sociología en donde adquirió unas botas federicas y pantalones overoles haciendo conjunto con unas maneras y un vocabulario que contrastaba con el de casa , donde siempre mi padre nos ubicó en el centro , con una ligera inclinación a la derecha por aquello de nuestra formación religiosa. Por supuesto que esta circunstancia chocó al grado de que a pesar de la preparación hogareña mi querida hermana pronto empezó a juntarse con personajes que parecían extraídos de las portadas de Marylin Manson y que devinieron en una inclinación hacia el sexo propio , logrando con estos amoríos la vergüenza familiar que le llevó mas temprano que tarde a independizarse y poner un departamento por las goteras de la ciudad ,donde no nos atreviéramos a visitarla y por supuesto donde pudiera recibir sin distingo de horarios a sus estrambóticos amigotes , para entonces , ya satanizados por el sector mas conservador de la familia.
Tal vez este suceso sirvió para que mi madre aprontara nuestros noviazgos ya que tal vez temía que este ejemplo cundiera como alguna especie de roña moral que hundiera nuestra reputación ante la sociedad . No tuvo que hacer un gran esfuerzo ya que siempre fuimos conscientes de que no era propio de señoritas decentes andar cambiando de novios por lo que siempre escuchamos los sabios consejos acerca del desprestigio que sufre la mujer cuando los hombres , en sus corrillos , comentan acerca de lo que ellas les permiten hacerles , por lo que fuimos muy cuidadosas al elegir de nuestras largas listas de pretendientes a los mas viables , claro, de acuerdo con los cánones de la familia. Debo decir que a pesar de que vivimos en la costa de Veracruz , todos somos de piel muy blanca producto de nuestras herencias de linaje ya que nuestros abuelos por ambos lados fueron de origen hispánico, por lo que debido al sol inclemente fuimos siempre protegidas por mangas largas y coquetos sombreros que nos causaron mas de un rubor por tildarnos de anticuadas. Sólo faltó a esto una hacienda respetable , pero mi padre antepuso siempre el orgullo , por lo que entregó su vida al servicio del Banco regional donde se jubiló después de casi 50 años de servicio. Esto no fue la generalidad ya que en San Luis teníamos a la otra parte de nuestra familia donde nuestros tíos habían consolidado sus fortunas en la explotación minera y en la agricultura , por lo que, aunque fuera colateralmente disfrutábamos de esa ilusión, aunque fuera en vacaciones.
El terminar mi carrera de Arquitectura en el Liceo Francés, siento que fue uno de los logros que mi padre sintió mas profundamente como una recompensa a sus sacrificios , ya que fui la segunda mujer en titularse y el mejor promedio en la historia del Instituto. Esto me llevó a adquirir un afán de conocimientos que me llevó a especializarme en la Arquitectura del Renacimiento y posteriormente en la Arquitectura colonial , claro esto ya estando casada. Mi boda fue sencilla y la celebramos en la casa de mis suegros, ya que contaban con un jardín que mas bien era una mezcla pretenciosa de algo que se quería parecer a Versalles combinado con los jardines colgantes de Babilonia en miniatura ya que por la topografía del terreno hubieron de hacer unas terrazas para aprovecharlo integralmente. Ellos también eran de ascendencia Europea; Española e Italiana , llegando en las migraciones del siglo XIX conociéndose que , en esencia, fueron aventureros que se jugaron casi la vida por venir a hacer la América para no morir de hambre en sus pueblos originales. Claro que en México la tez clara y los ojos azules son un bono de aceptación por su rareza , ya que por ser comunes la piel morena y los ojos rasgados y negros se siguen asociando a la ignorancia pedestre de los indígenas , despreciando así la belleza prístina de nuestra raza.
Pronto quedé embarazada de mi primera hija. Esto sirvió para que casi de inmediato dejara mi trabajo en el Instituto de Historia en donde daba clases acerca del arte virreinal. Casi en forma automática me di cuenta de la trampa. Por vía del embarazo y crianza de mi hija me vi convertida en una nueva versión de mi madre , sólo que corregida y aumentada ya que ella tenía en su descargo que no tenía estudios formales y en su inocencia se refugió en su familia . A pesar de haberme casado ilusionada , pronto comprendí que las atenciones de que fui objeto por parte de mi hoy esposo se tornaron en la indiferencia que un ejecutivo de la compañía petrolera le daba a casi un objeto en el que me había convertido yo. El dedicaba casi todo su tiempo e interés a sus jefes y a sus compromisos profesionales. Muy pronto también me di cuenta de que aunado a éstos también su presencia se fue haciendo elástica y que muy a menudo sentía ofendida mi inteligencia con las disculpas por las llegadas tarde , pretextando comidas y cenas de negocios que yo asocié con sus desvaríos amorosos ya que nuestras relaciones íntimas casi dejaron de existir.
No fue mas que la formación que nos dio nuestra familia la que me dio la paciencia para soportar los diez años que han pasado desde que nos casamos. Ni el nacimiento de mi segunda nena sirvió para mejorar nuestra relación la que se redujo a el uso de monosílabos como forma de comunicación en nuestro matrimonio. No creo que él tenga toda la culpa ya que tal vez también por su formación , buscó una familia como la que conoció desde su niñez en donde la mujer es el complemento de la vida del esposo, siempre careciendo de vida propia y de intereses que superen el compromiso del hogar , pero no quiero caer en justificarlo porque a fin de cuentas es mi vida o lo que aún queda por delante. No he permitido que la amargura y la insatisfacción acaben con mis ilusiones porque desde hace unos meses he vuelto a la cátedra y voy a un club de gimnasia y baile que me han hecho regresar a mis tallas originales .La convivencia con la juventud me ha contagiado de energía y puedo ver las miradas indiscretas que mis alumnos jóvenes subrepticiamente me dedican . Que decir de mis compañeros maestros que son de mi generación y me invitan a sus reuniones en donde me vuelvo a encontrar con el ser humano que siempre debí haber sido , objeto permanente de atenciones y reconocimiento.
Lo mas doloroso fue que mi último cumpleaños no fue recordado por nadie... mas que por mis nuevos amigos , quienes organizaron una fiesta improvisada en el Instituto ,donde me cubrieron de regalos sencillos pero muy significativos haciéndome verter las lágrimas de alegría que llevaba ocultas desde hace mucho tiempo en mi corazón.
Tal parece que los hombres tienen ese sexto sentido que le atribuyen a la mujer, porque mi marido me empieza a hacer preguntas acerca de mi arreglo y de los horarios de mis actividades. Muy en especial , parece desagradarle que me ausente por las noches cuando tengo reuniones con mis compañeros de trabajo ya que me hizo un comentario sobre el cuidado de las niñas pero ellas parecen disfrutar de los espacios de esta distancia ya que siento que les ha servido el respirar el aire libre de mi ausencia.
En una de éstas reuniones conocí a un maestro que regresó de hacer un doctorado en Europa. Al principio lo juzgué como un poco pagado de su formación , pero a través del trato he descubierto a un ser extraordinario que ha dedicado su vida a la educación y al conocimiento. Aparte de ello , a pesar de sus grandes virtudes , es un hombre extremadamente tímido y sencillo y muy interesado en mi. Nunca se ha casado porque dice que se dedicó demasiado a los libros y se olvidó de su persona. Yo lo encuentro encantador y parece que a mi me tiene demasiadas deferencias . Pronto habremos de asistir a un seminario por tres días en el puerto y por momentos enrojezco al pensar que estaremos juntos en las actividades académicas y que habrá mas oportunidades de que nos conozcamos en el plan social.
Tengo miedo porque nunca le he ocultado a mi marido nada y a pesar de que nada malo ha sucedido hasta ahora , me siento como si hubiera cometido algún pecado . Tal vez solo este sucediendo que deba decirle que estoy descubriéndome ,sin él
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