De talante avispado, al hombre le faltó tiempo, sin embargo, para atar su propio nudo. De pericia demostrada en deshacer nudos ajenos, aunque fuera a golpe de espada; también a golpe de espada quería unirlos. Asunto difícil, pues a golpe de espada, la gente como que no; aunque quisiera darles igualdad de derechos; y con la edad de Cristo desapareció del mapa el hombre que los rehízo. O trató de ello. En conclusión, a aquel individuo práctico también lo deshizo el tiempo de una manera drástica, sin contemplaciones. Y es que quien a hierro mata- rumiaba Gordiano, que desde lo del episodio del nudo no había sacado una besana recta con sus bueyes- a hierro... Y no terminaba, pues el hijo de Filipo- Alejandro- hasta muerto infundía respeto. Para que se hagan una idea de lo que es la reverencia, el carisma o como quiera que se le llame a tal misterio.