Al lado Sur del hermoso Río Rin, en Alemania, se encuentra la ciudad de Maguncia por allá conocida como Mainz. Con su bella catedral católica romana de San Martin construida hace 1010 años, Maguncia tiene el orgullo de ser la ciudad natal de un orfebre, Gutenberg, quien inventara la imprenta, una de las mas grandes invenciones de los humanos ,
Durante la Segunda Guerra Mundial, Maguncia, como ciudad no tenía una posición muy estratégica, fuera una guarnición para soldados alemanes, hoy ocupada por soldados norteamericanos. El Mariscal Goering a cargo de la fuerza aérea alemana visitó Maguncia y en un discurso político anunció que Mainz jamás sería atacado, la gloriosa aviación alemana los protegería. El discurso lo hizo en el radio, gran error, al día siguiente Mainz fue bombardeada por la aviación aliada.
Un hermoso puente lleva el tráfico a la vecina ciudad de Wiesbaden al Norte del río. Una ciudad muy bonita, pintoresca e interesante. Durante la dinastía Nazi, Wiesbaden fue una de las ciudades escogidas para la proliferación de la ‘raza superior’ con muchachas dignas de procrear niños con soldados de la perfecta raza.
En el centro de la gran ciudad había un pequeño pero bonito teatro que gozaba de la temporada operática cuando tuve la oportunidad de visitarla. Como feliz coincidencia estaban presentando la popular obra de Verdi “Rigoletto” y logré conseguir un boleto para oír la tan melódica ópera.
No fue aquello como yo me lo esperaba, la presentaron con excelentes cantantes pero interpretada en alemán. Un poco decepcionante que esperando oír la conocidísima aria “La donna e mobile” el tenor nos cante “O wie so trugenisch”.
Pero fué mayor sorpresa que cuando Gilda la soprano nos ofrece “Caro nome”, es una aria tan sutil, la cantaron en italiano. No estuvo todo perdido.
Alguien dijo por ahí que el inglés es el idioma de la tecnología, francés el idioma del amor, italiano el idioma para cantar, el castellano para hablarle a Dios y el alemán para controlar los caballos. Bueno….
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