Serán los tiempos o acaso es la moda que siempre tiene la habilidad de imponerse sin contemplaciones en todos los ámbitos, en este caso en los nuevos programas de la TV del país, que simplemente se lanzaron voraces en el ejercicio de copiarse y recopiarse, en una carrera desbocada que lejos de entusiasmar, lo deja a uno muy desconcertado. Ahora, todo consiste en realizar competencias para que la gente se luzca en lo que más le acomode, bailando, cantando, cocinando o respondiendo estupideces disfrazadas de conocimiento y ahora agregando a los niños para que comprendan que el espíritu de contienda será el que regirá sus existencias de aquí en adelante.
En definitiva, el asunto consiste en enfrentarse, sacarse las órbitas de los ojos, si es preciso, para demostrar que se es el mejor en el ámbito elegido. Mientras tanto, el país arde por los cuatro costados y las gargantas se multiplican en la calle para corear algo muy distinto: justicia, término definitivo de los abusos que la historia contabiliza en su ábaco de dedos fríos, equidad, sobre todo. Y la televisión, como siempre, rehuyendo la contingencia, haciéndonos recordar los viejos tiempos de la dictadura, cuando todo era show en las pantallas mientras la metralla asesina abatía a diestra y siniestra.
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