A veces me sorprendo siendo la persona que quise ser. Esa con los zapatos 3 tallas más grandes y un caracol sobre cabellos aplanados de caer sobre el mismo lugar sin pasar peine.
A veces me sorprendo siendo aquel del que Olga se asustaba por el ‘’qué va a decir la gente’’ ¡Y yo tan libre carajo! ¡Tan con ganas de no mirar a nadie y correr por asfaltos baldíos de egos inflados! ¡Corre Olga la ciudad es nuestra!
¡Soy un pájaro! Decía… a lo que ella replicaba que había unos muy lindos que igual tenían rojo a un lado que del otro y esa era la gracia y el equilibrio, pero yo no entendía de equilibrio y ha de ser por eso que me dolía tanto caer.
Ahora mismo puse un cucurucho de papel periódico en mi cabeza con la intención de retar nuevamente al que busca en otros el valor para ser lo que no se atreve.

RH