Presentación: queridos amigxs. Para disfrutar el cuento deberéis mirar, antes de empezar la lectura, el GIF que me inspiró:

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Fiama solía ponderar la relación con sus novios con la misma vara de medir a como se sentía con los zapatos puestos. Sentirse suelta, sin rozaduras, sin presión, era indicativo de que la relación prosperaría en un futuro a largo plazo.
Gonzalo era piloto de Fórmula 1 y la invitó a veces a correr en el Mercedes, derrapando por la playa o a contemplar profundos despeñaderos entre las montañas desde el automóvil. Con Gonzalo lo pasaba mal por su velocidad y su actitud temeraria, pero éstas iban con él, y ella obviaba el hecho sin darle importancia. Solía quitarse los zapatos junto a él, incluso en verano ponía los pies sobre la luna del descapotable y a él ese gesto le parecía gracioso. La conversación era fluida entre ambos y Fiama le hablaba de todo, incluso de su forma de ponderar la amistad y el sentimiento amoroso.
Gonzalo, pues, conocía la TPZ: Teoría de la Presión del Zapato, por la que Fiama se regía. Aquel viernes, al verla quitarse el zapato del pie derecho con esa diligencia, pensó que la tenía ganada. Sin embargo, comprendió mejor cuando el zapatazo casi le rompió las falanges de su mano indiscreta.