Pertenezco a la actuación como todo ser humano, y a mis membranas del alma que en cada pliegue respira, acumulando ese ser vivo que soy en medio de tanta carga energética de mi corazón, agradecida a mi Dios con fe y amor.
Mientras me acechaba ese destello incandescente e inquietante, llevada de urgencia al sanatorio nada pasaba por mi mente, solo estaba mi fe en el Señor que me acompañaba y me dejaba llegar para solucionar ese evento desconocido pero letal.
Fue la percepción de volar entre muchas personas que trataban de ayudarme, luego de un tiempo que no recuerdo llegué a terapia intensiva, ahí me dijeron que me colocaron un stent, luego de unos días recuperada al llegar a casa agradecí a Dios a quien le pedí todo el tiempo que se quedara a mi lado, y así fue. Dios ayudó al médico para salvar mi vida. Doy gracias a él por ello, y lo reconozco mi Dios Padre. Amen.

ALESSANDRINI MARÍA DEL ROSARIO