_ ¿Aquella no es la esposa de tu amigo?
_ ¿Cual?
_ La mujer que camina por la calle de al frente. Va vestida con una ajustada falda corta de color negro y zapatos de tacón alto. Ahora entra a la oficina de aduanas.
_ Está demasiado lejos. No tengo puestas mis gafas y sin ellas no veo un carajo.
_ Recuerdo que era muy hermosa, y poseedora de una fuerte personalidad. Además tenía un excelente físico, todos los hombres volteaban al verla pasar.
_ Según sé, iba continuamente al gimnasio y hacía toda clase de dietas. Era una ególatra de mierda.
_ ¿Ella te desagradaba?
_ Para ser sincero, me caía como las pelotas.
_ ¿Celoso por qué se casó llevándose a tu amigo?
_ Ella era una elitista consumada, y evito ese tipo de personas.
_ ¿Y su marido?
_ La semana pasada conversé con él, lo vi abatido y muy preocupado. En aquella oportunidad me confidenció que ambos habían decidido separarse por un tiempo mientras mejoraba la situación económica por la cual estaban pasando. Y que ella había viajado a casa de sus padres en la ciudad de Lima. Lamentablemente mi amigo quedó en la ruina por una demanda que interpusiera aduanas en contra de él. Algo relacionado con mercaderías falsificada que llegaran desde China en un contenedor a su nombre.
_ ¡Carajo! Que mala suerte.
_ Una lástima. Perdió todo.
_ ¡Ahora sale de aduana, y no va sola!.
_ ¿Quién?
_ ¡La esposa de tu amigo! ... ¡ Hija de puta va de la mano con una persona! ¿Es su esposo?
_ Está demasiado lejos. No tengo puestas mis gafas y sin ellas no veo un carajo. Quizás sea él, no estoy seguro.