A veces soy el viento que sopla adolorido.
Sin carne en las palabras y sin alma en la voz,
Me escondo de la noche y en la luna me afilo
Para cortar el llanto que hay en mi corazón.
A veces soy fantasma que agrieta su mirada,
Con la que ve la vida desde otra dimensión,
Me unto en las cortinas de la hambrienta ventana
Que ruñe los ocasos que va arrastrando el sol.
A veces soy el ruido que trae la madrugada,
Que despierta temprano por ver amanecer.
Entre luces azules, soy badajo y campana,
Que grita en su tonada ¡la vida vuelve a ser!
A veces me disuelvo en manojos de nubes,
Soy un vapor que sube y en el cielo fermenta.
A llantos de llovizna abrazada a las flores,
Alivio los dolores de la tierra sedienta
A veces me confundo con la muerte que vaga,
Y ya no digo nada, ni siento, ni percibo.
Deambulo entre recuerdos que duelen y que sanan
Pero al final del día, reencuentro mi camino
A veces me despierto y me desconoce el día.
Me envuelvo entre papeles, se me olvida salir.
Afuera un sol radiante se burla de mi vida,
Y mis musas desnudas, se vuelven a vestir
Hoy, ¡tan solo soy esto! un hombre muy, muy frágil.
Con un corazón sobrio con ganas de beber,
De la luz de tus ojos que se llenan de asombro.
Al ver que me transformo si ellos me quieren ver.
Y paso el dia abrevando en la paz de tu sonrisa
Soy piel de tu caricia, soy calor de tu piel
Mi corazón se exalta, el amor me exorciza
Nadando en la delicia de tus ojos de miel
La plenitud es ancha, la libertad es larga
Y el amor es un polen esparcido en tu piel
La soledad en tregua se aparta de mi espalda
Hoy solo soy un hombre y tu eres mi mujer
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