Este sábado ha sido fantástico, tres de mis nietos han venido almorzar, el mantel blanco con pimpollos rojos descansaba sobre la mesa, los platos discutían con los tenedores , en tanto los vasos hacían muecas causando carcajadas a los cuchillos quienes con su risa contagiosa tentaron a las servilletas. De la olla se escapaba el aroma de la salsa irrumpiendo cada rincón de la casa, salí presurosa los chicos están en la entrada, al verlos los fui abrazando uno a uno, me tome mi tiempo los había extrañado, los veo tan grandes, los acerco a mi corazón, al tenerlos así pienso que un trocito de ellos vivirá dentro mio, es que pasan los meses, las semanas , estiro mis brazos pero no están.
El comedor se lleno de palabras, la música subió su volumen, los acordes no son los mismo estos tienen más ritmo, ¿ será que alguien los cambió?.
Deje la fuente quien fue recibida con algarabía, en segundos cada cual encontró su propio lugar, me fueron acercando los platos , los cuales se los alcanzaba pipones, les dije primero las damas, mi nieta dijo perdonen que no los espere pero tengo hambre, siguieron los niños y por ultimo con resignación mi nieto mayor vio su plato humeando tentándolo a pegar el primer mordiscón.
La charla era copiosa, pasamos de un tema al otro, abuela curiosa, ¿cuando empiezan la facultad?, ¿que tal las vacaciones?, ¿cuando se van a Barcelona?, ¿como anda el trabajo?, ¿el diente que se cayo?.
Los platos fueron dejados en la mesada para darle lugar a las compoteras, si había hecho su aparición el helado, mientras mi nieta iba preguntando que gusto prefería,el chocolate amargo tuvo muy buena aceptación, aunque los frutos rojos no se quedaron atrás, degustamos cada cucharada con goloso placer, ¡estaba muy rico!.
Retiramos los cacharros, el mantel fue desplazado de un solo tirón, las cartas de truco hicieron su entrada estelar, libreta en mano para que los puntos fueran anotados, las cartas comenzaron a girar, mujeres contra varones entre flores, envido, truco y quiero retruco, el partido lo dejamos sin terminar. Nos atraparon las ganas de perpetuar el momento, una lluvia de fotos han quedado gravadas para no olvidar la simpática ocasión.
Prepare el mate , con cascaritas de naranja, unas hojas de menta recién cosechada, la pava amarilla se coloco ancha en la mesa mientras los mates iban charlados de temas de lo más inesperados, se me ocurrió preguntarles ¿si tuvieran la posibilidad de ser un mamífero cual serían? , ¿ si la ocasión les permitiera ser un ave?, como no les iba a preguntar, ¿cual es el pez con el que se siente identificados?, las respuestas volaban entre mate y mate diciendo cada uno el motivo de su particular elección.
La tarde se ha ido corriendo, yo siento gusto a poco, me encanta tenerlos acá, pero ellos deben seguir con sus vidas, deseo que no pase mucho y pronto vuelvan con sus historias para contar.
CAL.COR |