Amaneció una mañana muy linda, fresca, esas que al levantarte sientes alegría de despertar. Luego de desayunar colgué una ropas que termine de lavar, mientras miraba a Brisa comer llama el teléfono, es mi hermano que espera le abra la puerta, mientras caminaba por el pasillo en la entrada estaba una bolsa de tierra, el lunes le había pedido, pero sin apuro le dije, cuando te quede bien.
El acarreo la bolsa hasta la puerta del departamento mientras yo lo esperaba en el palier, me dice que tiene cosas que hacer, ni un mate ha querido tomar, se fue dándonos un beso. Emprendí mi regreso a casa, me esperaban muchas plantas en el patio, ellas deseaban tierra nueva, se quieren sentir más bellas .
Los suspiros los sentía mientras arrastraba mi pesada carga, en cuanto abrí la ventana balcón el silencio fue ensordecedor, la perra estira sobre la colchoneta de los sillones me observaba indiferente, no atino ayudarme, la muy ladina “después dicen que vida de perro” jajajajajajaja.
Ya con el cargamento en piso me di un permiso, me senté un rato estaba agotada de cinchar, entre la limpieza de la casa, la barrida del patio y la bolsa de tierra no daba más. Escuchaba música cuando los murmullos que llegaban de afuera eran un fastidio, sorda no estaba eran los duendes y las ninfas enojadas que discutían acaloradas con las plantas demandaban con glotonería la tierra que olían.
Decidí luego de un paréntesis hacer el trabajo que me esperaba con una impaciencia acalorada. Mi pala de mano salia cargada he iba dando de comer a las tragonas macetas hasta quedar piponas, las plantas se sentían maravilladas, cambie varias macetas que estaban quebradas, otras que tenían un acumulación de diversas especies, también me trajo varias macetas en desuso pero que a mi me vinieron al dedillo, los malvones me sonríen ahora se estiran a sus anchas, la planta del dólar se tiro de cabeza zambulléndose en la maceta verde agua.
Con tanta mudanza han quedado varios gajos de geranio rojo llorando en el suelo desconsolados, tuve que llenar tres macetas más con piedras para el drenaje , varias palas de tierra fértil, desatándose una carrera de geranios eligiendo donde sería su nuevo abitad.
Estoy en pleno recreo, me he tomado unos ricos amargos, mire una película, cuando refresque un poco barreré de nuevo, como broche de oro regaré las plantas. Esté lugar que tiene magia,susurros, risas, charlas, cuando no se escuchan los gritos de descontento, es un rincón portador de vida, que me hace feliz, ser testigo del prodigio que me entrega la naturaleza. Permitiéndome ser la espectadora de como generosamente brota la vida.
CAL.COR |