He descubierto que mi cuota de tolerancia no es la misma de antes.

Cuando las injusticias me golpean de lleno no reprimo mis palabras.

No me importa a quien la va a caer mal.

Solo entiendo que debo liberar mi forma de sentir.

Es como la lava brotando dentro mio queriendo hacer erupción.

La represión fue una forma de afrontar la vida.

Siempre teniendo en cuenta callar para no lastimar a esté o aquel.

Cuantas veces creí que lo mejor era dejarlos en su ignorancia.

¿O inocencia?

Las verdades deben quedar en el pasado dado que su realidad no es la tuya.

Me canse de guardar verdades que herían mi sensibilidad.

No hay derecho a seguir callando lo que grita por ser escuchado.

Francas certezas que por más que pasen décadas nada las podrá modificar.

Salen espontaneas aunque no las quieran oír.

El caudal se desborda con sana naturalidad.

A su paso las compuertas liberadas permiten renovar con pureza el aire.

¿Serán los años?

¿Serán la incomprensión que me ha rodeado?

¿ Será que estoy divinamente espontánea me fastidia la opresión?

¿ Será que llego el tiempo de manifestarse?

Prefiero ser odiada por ser quien soy.

Por nada del mundo quiero su cariño.

Si no saben como pienso.

Si no saben lo que he vivido.

Si no saben lo que me costo.

Si no son capaces de ver mi interior.

“Si no tienen idea de quien soy”

CAL.COR