Cuando tuve dinero,
me lo bebi.
Chavela Vargas
Si supiera lo que sé,
esas verdades que matan,
esos consejos que la vida nos da,
esas certezas que siempre nos condenan,
las serías advertencias con sus doctas palabras,
activaría mi desconfianza para autoconvencerme.
Vivir el contrafactum de lo que es correcto,
negar las evidencias, es aceptar la sentencia,
pero quien sabe ahora, ya espera acontecer,
y si falta el tiempo, nos sobra la paz eterna,
mejor legado vivo antes que consecuencia,
síntoma de nuestra propia enajenación.
Y si no ver la verdad es mentirse, hagasmolo,
podemos doblegarnos al destino que dios dará,
pero si existe un algo escrito, un camino ya trazado,
tampoco nunca nadie nada nos preguntó;
a nadie entonces debemos responder.
Pero si la respuesta a nuestra respuesta
es obvia desobediencia, insumisa contestación,
asumida página para un próximo obituario,
dejemos ya el óbolo para la recta final
y hagamos el sprint final sin descanso,
ubi sunt para los que aquí resistimos.
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