EL GATILLERO.
(Cuento corto) Serie Negra.
Por: Daniel O. Jobbel
"Ese absurdo de comparar la realidad con la imaginación o viceversa ".
Salir a "laburar" es para otros salir a "robar". En esta cultura, se trata de vivir el momento. Ellos no trabajan. Hacen a lo sumo "changas", para "tirar" un par de días más, máximo de previsibilidad en que pueda pensarse. No hay nada que se planifique de aquí a una semana. Ni un paseo, ni un encuentro, ni un estudio, ni una pareja, ni un hijo. Juan De Los Palotes se fue poniendo la remera agujereada en algún entrevero y el vaquero deshilachado, metió el revólver en la campera y se ató uno de los cordones de la vieja zapatilla. Prendió quizás una vela a la Virgen de los Sicarios, le hizo la señal de la cruz a la patroncita de los fuera de la ley. En silencio esperaban los muchachos, la muerte olía a porro, a sangre y a alcohol. El golpe estaba más o menos bien planeado. El objetivo alguien en alguna esquina. Un parabrisas agujereado. El botín: un magro monedero…
La historia tiene la síntesis de un cómic, evita toda moraleja y funciona como un telón que se abre a ese fascinante mundillo de soledades-fernet con coca- y con unos cuántos pesos para llegar a fin de mes. Parecería en ello no estar el "deseo", como aquello que motoriza nuestra vida, que nos lleva a levantarnos cada mañana. Ese es el otro exilio de Gardel. Son de acá. No se pueden ir. Nacieron así. Hay quienes lo reclutan. Y son los dueños de tu vida. Sí, leíste bien. Dueños de la impunidad. Tienen su exilio interno. Llámese mafia alterna. ¿Porque preguntará ud.? Es que tienen sus códigos, sus palabras, su música y su forma de subsistir, su ideario de corromper. Formaron una especie de Ghetto y lleva un signo: presagio de muerte. Están jugados. Les importa un bledo. Aunque nosotros los comunes no aceptemos sus códigos. La justicia no existe. ¿Y los derechos humanos para los comunes (o sea nosotros), dónde están? A uno de esos otros Juan De Los Palotes, que osaba decir que hacía changas en un viejo frigorífico, en una oportunidad, reaccionó jocosamente cuando le preguntaron cómo se veía a los cuarenta años. "Cuarentaa! no, no quiero llegar ni a los Treinta sin guita". "Cuarenta ", era sinónimo de vejez, algo impensable.
Ellos no aspiran vivir muchos años. Vivir es una circunstancia. Un hecho que ellos no eligieron. Nacieron. Se tutean con La Señora Muerte. Se los llama ‘marginados’. Estar afuera de… Y punto. Sólo aspiran poxirán. O fuman marihuana, toman cocaína, psicofármacos y alcohol desde niños. Jugarse la vida propia en un robo, obtener un par de zapatillas nuevas, es totalmente concebible. Es el juego del miedo. Jugar quién es el más Capo. O quién la tiene más larga. Y es cierto lo que dicen, no hay respuestas gubernamentales de raíz. Aman las excusas para justificar lo que no pueden entender. O sí. Ojo al piojo.
Mientras la Rata terrible escapa por las calles; un asesino por el rabo de la mirilla y el dedo inquieto en el gatillo. Él te está espíando. No es antojo lo que cuento mis amigos, es lo que se palpa, se intuye y a algunos se apañan con metrallas de leyes que sólo dictó el azar. La verdad dá asco y miedo. En el borde de esta Rosario silenciosa juega el 'no te metas', 'el yo no vi,' ' con el trapo en la boca'.
La orden del delivery de rociar de plomo salió de la resaca de la cárcel, como si comprara un helado en la esquina por unos pesos.
En la madrugada de un sábado más, un Juan De Los Palotes con su astucia de siempre y su remera gastada, gatilló su revólver seis veces por que se le dio la gana; y agujereó los vidrios del patio del Casino. El botín: una absurda muerte por llegar; la de tipo por azar. Justicia se pide. ¿Qué carajo están haciendo ante esto? Murió un inocente. Algunos prefieren debatir, consensuar leyes, regímenes, depuración, y cualquier zoquete tener a su disposición una cámara, un micrófono, una pantalla a través de la cuál puede emitir esféricamente cualquier idiotez hasta más allá de las lunas de Orión, faltos de lógica y disparates; quizás como este cuento. Posdata: Sres funcionales a la política, jueces, policías, etcétera. Ya es tarde muchachos. Más de lo mismo...
De seguro que al estar Phil Marlowe esto se hubiese resuelto rápido. -
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