Cerré la puerta con resolución. Escuchaba entre la música los quejidos de la pichicha. La humedad me esperaba en los escalones de la entrada. Camine con premura mientras la llovizna acariciaba mi rostro. Menguaba la pesadez del habiente la lluvia finita. “Deliciosamente fresca” Camino con suma precaución. Cuando menos lo esperas una baldosa desvencijada me quiere hacer tropezar. De repente al levantar la vista choque con su mirada. Su porte varonil me cautivo perdiendo el paso baje mi vista. Continué mi camino apresurada sin mirar atrás. ¿ Quien me iba a decir que al regresar el me aguardaba? Al verlo acechando tras el cerco supe que no me podría contener. Nuestras miradas eran prisioneras de las sensaciones incontenibles. Era imposible dominar los sentimientos que animaban. Ellos me excitaban induciéndome a pecar. Con valentía sin cargo de culpa estira mi mano. De un solo movimiento me quede con un gajo de malvon rojo. Seguí mi camino con mi trofeo. Al llegar a casa le escogí un lugar selecto. Si he cometido un delito no fue mi culpa. El muy atrevido con su audacia, con su astucia. “Supo conquistar con su insolencia” ¡Mi indefensa voluntad! CAL.COR
Texto agregado el 05-01-2020, y leído por 101 visitantes. (7 votos)