Qué magnífico el amor, en su dar mejora lo estimado y sube lo nivelado para así dar clamor a lo humano más sabio y dado a reconocerse como supremo, delicado y acogedor donde construir un fluir de feliz continuidad en la delgada sintonía emergida para dar cobijo a la mira del cariño y afecto donde la dicha sea impuesta por delirio supremo alzable en su máximo concierto.
En las eras que están por llegar hay innumerables momentos donde podremos encontrar la unidad entre los seres que aman la vida de los demás tanto como así lo que consideran que son. El afecto es la mayor puerta de cobijo donde hacer concernirse todos en pro de lo pensado cuando se logre el máximo dado. Y desde los afectos emergerán las aguas del cobijo y la alegría que amanecer junto a una nueva y fulgurante misión más allá del sentir que pueda albergar su codiciado crepitar y así ha de ser maximizar toda su majestuosidad.