Desde que salió de su casa lo empezó a seguir muy cerca. Si aceleraba el paso, también aceleraba. Si regresaba a ver, también lo hacía. Si encendía un cigarro, también encendía. si se sentaba, también se sentaba. Le dio por hacer un tiro al aire, también disparó al aire. Corrió durante dos cuadras y también corrió. Por más que quiso no pudo burlarlo. Estaba tan cerquita de él, era como su otro yo dispuesto a seguirlo hasta el infierno. Era como un agente secreto cual perro amaestrado lo seguía a donde fuera. Cansado de esa situación urdió un plan para deshacerse lo más pronto posible de ese que lo fastidiaba y no lo dejaba en paz. Un buen día tomo la decisión de matarlo. Sin pensarlo dos veces disparó sin compasión sobre su perseguidor. Desde ese día se quedó sin sombra.

AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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