En lo más sagrado de la virilidad,
O por boca de ganso.
Después de haber pasado aquel día en el cuartel de la policía política, don curiche marchó a tierras sureñas, a compartir con los hermanos de la nación mapuche, un par de años por allá para limpiar la imagen, no fue algo tranquilo, pero, aún en las peores condiciones ocurren cosas que nos hacen reír, esta es una de ellas.
Que la noche envuelve y transforma al ser humano es lo que pienso. En el campo la noche se vive con mas intensidad quizá, la ciudad con su luminosidad hace de la noche casi día, cada esquina una luminaria, cada casa con sus lucen encendidas, allí en el restaurante, la música, la charla, la luz, el trago compartido, todo destinado ha hacer la noche día, la luna y las estrellas pierden su brillo, su magia. En el lejano pueblo campesino, la noche se vive de una manera tan diferente en la que el hombre muestra todo respeto por la oscuridad, los cielos limpios si no hay nubes, la cantidad de estrellas se incrementa, la luna se muestra mas blanca, mas fría, Y lo que es mas, la cantidad de estrellas fugaces que circundan el universo crea un espectáculo sin precedentes en el cielo, mirado desde la tierra es realmente impresionante (como aquella noche en que la Margarita de Purén me abandonó dejándome a dormir en su gallinero acompañado de pollos gallinas y su gallo, celoso el carajete y conté mas de 50 estrellas de esas, pero, eso es parte de otro cuento así que lo dejamos para otro rato de escritura,) la noche hace que el ser humano muestre sus fantasmas que salen a caminar la oscuridad apoderándose de cada uno de sus posesores. Andando caminos de este tan flaco país, caminos diarios y por tanto también nocturnos me he encontrado con cosas inconfesables para quien los ha vivido.
Habiendo habitado tantos años en este mundo, tantos que podría decir que son varias vidas en este retorno, se puede confesar sin temor pecados propios y tampoco sería pecado hablar de otros algunos que he conocido, seres cabales a todo dar, valientes y aguerridos, luchadores por la libertad de este Chile y de otros lares, es esta una historia de una amigo que a la llegada de la oscuridad nocturna se transformaba y más si está solo frente al reinado selenita y es que la noche trae consigo todo tipo de leyendas que en los campos cobran vida, y es que en las noches aparecen los michimalguenes, el canto del chucao, (pájaro agorero canta la ventura o desgracia de quien le oye) si canta a la izquierda de quien lo oye traerá muerte o alguna otra desgracia y si es a la derecha será una buenaventuraza, más al sur será el tue-tue, el búho cuando canta tres veces también anuncia desgracia o muerte, el camahueto o la Pincoya por allá por Chiloé, y que decir de Caicaivilú la serpiente del mal, son parte de la mitología ancestral que fue mezclada con la que nos trajeron los conquistadores y más tarde los colonos que llegaron de tierras europeas, en fin, mas al sur o mas al norte la noche traerá sus misterios, y por añadidura los propios fantasmas que cada uno de nosostros cargamos desde tiempos inmemoriales.
El amigo en cuestión, era un hombre a carta cabal, valiente como pocos nunca temió por nada ni ante nadie, siempre se enfrentó con las fuerzas de la tiranía cuando lo quisieron detener o despachar en algún enfrentamiento armado, a más de algún camarada de lucha salvó, pero, cuando llegaba la noche cambiaba su percepción de las cosas, estando en el campo no había nada que lo hiciera salir sin compañía al campo, tenía cierta cualidad de controlar muy bien sus esfínteres por lo que aunque se muriera de deseos de orinar si estaba solo no iba al árbol lejano ni al mas cercano tampoco. Los acontecimientos de esos años posibilitaron que nos encontrásemos por allá en el sur; mirando hacia la cordillera de Nahuelbuta con sus pumas y pudúes, con sus milenarias araucarias y los mosquetos, tierra de mapuche y de otros chilenos, pero, esta cosa ocurrió una noche de invierno.
La noche está nublada así que la oscuridad es casi absoluta, en el campo no se ve más allá de la nariz; en la cocina de la casa a la luz de un par de velas y del fuego del fogón en donde en una callana (1) en movimiento se tuesta trigo para hacer harina tostada. Allí conversan y matea mi amigo, la abuela, abuelo, quien además es lonko (2) de su comunidad, los hijos e hijas de ambos ancianos y los hijos de los hijos de la pareja, alrededor de los ancianos se vive la vida. Aunque es temprano ya la oscuridad de la noche se adueñó del paisaje. La tetera hierve en la cocina a leña, su exterior negro, el humo se ha ido adueñando del metal que alguna vez fue radiante, en la mano de uno de los participantes de la velada (esta si es velada ya que son las velas quienes iluminan a medias el espacio) en la cocina y el crepitan los troncos que se queman para mantener calor, chispas vuelan en el espacio hogareño pareciendo luciérnagas de luces rojas.
Entre las patas de la mesa anda un par de hueñecitos (3), uno hijo de la hija del matrimonio de abuelos, y el otro de alguno de los hijos, se meten entre todos, uno de ellos agarra las orejas de un perro y se lanza en lucha contra el canino, este le gruñe, muestra los dientes, el niño lo abraza y le da un beso en la nariz, el perro le responde con un lenguetazo en la cara, el otro niño, anda con un pato pequeño en brazos.
El lonko narra historias de la vida, leyendas de hoy y de ayer, entre ellas las hay de aquellas que cuentan de la vida de los ancestros y de las luchas libradas en esos parajes que hicieron temblar mil veces al conquistador español, tierras en donde vivía Calfolicán joven de una gran fuerza física, nacido con un solo ojo, (los conquistadores castellanizaron su nombre llamándolo Caupolicán), al llegar la época de extermino de la raza, ingresó a sus mapa en bestias con fuego en sus manos, los jefes de las tribu de las zonas ocupadas se reunieron y buscaron a un jefe único para enfrentar a los que llevaban la muerte en los ojos y manos.
Cada lonko tenía su preferido de entre los mocetones – cuenta el anciano en la cocina- al final la discusión la terminó el lonko de la tribu en que se hacía la reunión, Cayucupil -dice el abuelo-, como sabía el lonko que su preferido estaba lejos y que demoraría un par de días en llegar, propuso la disputa. Quien mantuviera por más tiempo sobre sus hombros un árbol que estaba cortado por allí, se inició el duelo de fuerza, mientras el dueño de casa mandó a buscar a su Calfolicán, un par de días lo separaban del lugar, pasaron horas cada mocetón quería liderar la lucha contra el enemigo común, pasó un día y otro, hasta que llegó Calfolicán, y llegó cuando ya casi no quedaban contendores, le indicaron de lo que se trataba El joven tuerto, valiente, fuerte como un toro, levantó el tronco y lo sostuvo durante tres días con sus tres noches. Con ello se convirtió en el primer Toqui de todo su pueblo, e levantó la tierra y combatió, asolaron muchos ciudades murieron muchos españoles y muchos más mapuche, mas de cien por uno dice el abuelo era la diferencia, Finalmente Caupolicán fue vencido y apresado vivo, lo llevaron a la capital y allí en la plaza pública fue empalado mordió la pica todo su cuerpo más no emitió grito alguno. Guerra de la Mapu (4). O de Leftraro el gran jefe que logró mantener en su cabeza la categoría de Lonko y Toqui, es decir jefe en la paz y en la guerra de todas las tribus mapuche.
Habla del cariño a la tierra y del respeto por la mantención de la pureza racial, a ratos le dice Huinca (5) el joven no se inmuta, los hijos del anciano le miran, tres o cuatro mujeres hay en la cocina, la abuela toma mate, pela papas que lava y va lanzando a un gran olla, las cáscaras va a otra, a la mañana siguiente serán cocidas y mezcladas con afrecho para los cerdos, las otras, están en una mesa chica cerca de la de los hombres, cerca pero no juntos (cosas y costumbres de la raza) una de ellas es la madre del niño que tiene la cabeza colorada casi tanto como un quitral (7) florecido, esta de grandes ojos negros y cabellos también negros y lisos, mira con ojos hambrientos al Toño, que es como le dicen al joven combatiente, muchacha de senos y caderas generosas, hay coqueteo y malicia en los ojos de la mujer.
El abuelo junto a las historias que relatan la gesta de su pueblo narra otras en las que hay mucha malicia, al parecer alguien le había contado que el joven no mapuche le tenía terror a la oscuridad de la noche, por ello es que el anciano ponía mayor atención en aquellos cuentos que hablan de misterios, de hallazgos o entierros, de seres mitológicos aparecidos y otros, quería que el camarada de su hijo las oyera para corroborar el hecho de los miedos de los que se hablaba, así que luego de cada cuento le miraba a los ojos, sus ojos achinados parecían estar cerrados, pero, se notaba la picardía del anciano.
Habla que a un peñi (6) le canto a la izquierda el pájaro agorero y luego tuvo un accidente que lo tuvo muchos meses postrado en cama, que en la playa moran seres mitad animales marinos y humanos, ayudaba al escenario que ubicaba el anciano sus cuentos es que el mar esta a unos trescientos metros y el viento nocturno de invierno hace que este ruja con fuerza lo que se oye desde la casa en donde se desarrolla la velada.
Así iban pasando los minutos, y luego las horas, como el tiempo es tan relativo a nadie le importaba la hora de dormir, por instantes se oyen leves ruidos como de alas, al toño se le antojan aves desconocidas, de las que habla el abuelo y que los asistentes sonríen, ya pareciera le han tomado el pulso al nuevo conocido de la familia, el joven visitante; la muchacha madre del colorin chico y de generosos pechos y caderas poderosas le mira desde la lejanía mientras toma un mate y luego otro, ocurrió que el amigo en cuestión, se quedó con la tetera cebándose varios mates mientras oye las leyendas. El toño también narra alguna historia acaecida en su ya lejana niñez, o de alguna salvada de los malditos milicos que nos gobiernan en ese entonces, las hijas le miran con mucha atención, cuchichean entre sí y se ríen.
La sabiduría campesina hace que se percaten del temor del toño, el miedo a salir solo al cerro en la oscuridad nocturna, una vez descubierto, se dedican a contar historias de aparecidos y otros tipos que hacen que el protagonista piense mucho, el hijo mayor sale a orinar parte y el toño parte con él. Poco a poco los habitantes de casa van abandonando la cocina para ir a dormir, primeros son los pequeños, luego las mujeres jóvenes, quedan solo los abuelos el toño y el hijo mayor, se toma algunos mates extra, pronto llega el sueño, le muestran la habitación, la cama y le pasan una vela que esta a medio consumir, las mujeres jóvenes han ido a sus camas respectivas, la madre del colorín, coquetea con el visitante, sus ojos lanzan chispas, parecen carbones en ascuas, pareciera que hay masa calor que en el fogón, habla la mujer con las otras hijas, solo que lo hace en lengua mapuche así que el toño no entiende ya que lleva poco tiempo en la zona, como su rostro muestra absoluta ignorancia todo el mundo ríe o sonríe ante la seducción de la muchacha, y como ha pesar de la oscuridad todos se han percatado de cómo la visita mira a la muchacha sobre todo cuando ella circula mostrándole sus caderas que se cimbran como la cola de un cordero cuando mama de alguna de las tetas de su madre, sonrisas cómplice de las hermanas, finalmente salen para meterse a la casa.
Le han destinado un habitación en la que hay una sola cama, un velador en el que coloca la palmatoria con la vela encendida, le desean una buena noche pero antes lo molestan con eso de que si lo sorprenden metiéndose a la habitación en donde duermen las niñas o “ salir a gatear”, el abuelo saldrá con una escopeta, la pieza esta oscura, solo está la luz de la vela, se acuesta y duerme, como el mate lo tomó con ansiedad y en gran cantidad hace efecto de diurético, sus riñones trabajan aprisa y generosamente, despierta afiebrado su vejiga se ha completado y los líquidos pugnan por salir, toño siente un inmenso deseo de mear, no se ubica en donde está, no recuerda la puerta, no tiene lumbre, la vela se apagó ya que esperó ha hacer sueño antes de apagarla, pero, se apagó primero y luego vino el sueño benéfico, sabe que cerca esta la habitación de las jóvenes para salir debe para por allí, “¿Y si están despiertas? ¿Si están durmiendo y se despiertan y gritan? Y esta gueá que se paró, ojalá funcionara así cuando estoy allá en mi casa con mi mujer, pero ahora van a pensar que estoy califa y me las quiero servir, el abuelo me mata, me dispara como a un gallinazo”, ¿Y si no grita la chiquilla?, ujale, si está re guena la minita”.
No se atreve a salir, abre los ojos, aprieta el estómago, se agacha, suda frío, camina como preso en su celda, vuelve a oír las historias que narraba el abuelo unas horas antes, piensa en el tue-tue o chucao, oye el canto de un chuncho, pero solo canta dos veces, piensa en el cuerno del camahueto y sueña con cortarlo para raspar y conseguir mayor potencialidad sexual, todos sus ejercicios no logran frenar el deseo de salir del liquido acumulado, su trozo de carne está como si estuviese con la Lola Melnick y la Marlén juntas y desnudas solo pare él, es como si los hubiese enyesada, pero, no piensa en sexo sino en mear, nada más que ese simple acto humano, en la lejanía el mar está inquieto, ruge como toro embravecido, ¿O será el chivateo del camahueto? Se dice toño, el bajo vientre se hincha más y más, y no traje ni bacinica y menos un tarro en donde mear, rascándose la cabeza, sonríe, pero, no sale, además que no sabe en que lugar de la pieza está la puerta.
Piensa seguir durmiendo, con ello frenará la ansiedad, cierra ojos e intenta abrazar a Morfeo a la espera que se haga día y poder salir, pero, nada, ¿Qué hacer? Nada surge en la cabeza, ninguna solución, la vejiga exige ser evacuada, se levanta y camina, de acá para allá, como el reo que camina la celda mil veces dando trancos ora largos ora cortos, llegando al muro el preso da vuelta y vuelve a caminar moviendo sus brazos, es simplemente el tratar de quemar calorías y acortar los tiempos de encierro, se sienta en el borde de la cama angustiado, pero que no se atreve salir; “putas, tengo que cambiar mi conducta, lo natural es que no haya nada en el campo, la razón me dice que no hay seres sobrenaturales, y a lo mas me podría encontrar con alguna vaca o que me ladre el perro, pero, esta huevaita del susto me a gana”, ¡Quien reputas me mando a tomar tanto mate! –piensa- pero nada calma a la naturaleza humana, cada segundo es un siglo, los riñones siguen su camino ya tomado en cuanto se bebió el primer bombillazo del mate, su organismo está próximo a reventar, pero como “a nadie le falta dios” algunos vientos que van desde la costa a la cordillera limpian por instantes cortos el cielo apareciendo una fría luna llena, el viento limpia el cielo, la luna ilumina el paisaje, y... el toño encuentra un tipo de alivio, en uno de los muros de la casa que es de tabla de pino, aparece una luz, un pequeño rayo que cruza en diagonal, se acerca, mira por el hoyito y ve el campo, ¡Bendito sea Dios! –piensa- “la tabla tiene un nudo que se cayó y quedo el orificio justito p´a mi herramienta, pasa justito”, 5 centímetros de diámetro lo separan del alivio, mide su altura y la del orificio, debe empinarse unos centímetros para calzar toma acá y allá, encuentra un ladrillo, lo mueve y lleva al muro sube en él y Bravo, saca su pedazo de carne por el nudo que cayó por la sequedad de la madera, pone una mano en la muralla, mira al cielo y cierra los ojos (aunque no importa los cierre o no ya que igual ya no se ve nada, regresaron las nubes) la vejiga hace lo suyo con la fuerza de la naturaleza, si hasta las grandes represas en algunos casos se paren y llegan las inundaciones, así que encuentra por donde escapar y lanza el primer chorro de orina, sus ojos lanzan una lágrima de alegría, mira al cielo nuevamente y descansa, se inicia la evacuación de manera continua, todo va mejor en la medida que su vejiga vacía todo el líquido acumulado. El refrán dice que “No hay plazo que no se cumple ni deuda que no se pague” algún otro diría qué “ni tonto que lo aguante” en la medida que orina va disminuyendo la envergadura de su acompañante eterno, cuando está por terminar su labor algo ocurre afuera.
Pegada al muro de la habitación está el lugar en que duermen los patos y gansos, a uno de ellos le cayó tibia orina en su lomo y no le gustó mucho, se irritó que despertaran su sueño, el ganso damnificado con la inundación de lluvia caliente busca el lugar preciso de donde proviene la lluvia que le molesta, cando ubica el sitio da un salto abre su pico y aprieta, muerde al intruso y desde dentro de casa... ¡Chuchas! El grito del Toño despierta a toda la casa, piensan han legado los pacos o milicos, los abuelos creen que el joven estaba con alguna pesadilla producto de los cuentos. Se levantan todos los grandes, se dirigen a la habitación del huinca, en alguna de las casas aledañas se encienden luces de velas, al llegar a la pieza en donde pernoctaba el Toño lo encuentran doblado sobre sí, su rostro refleja un dolor muy grande, es de tal magnitud su dolor que no habla, no puede hacerlo, solo suda de dolor.
Dicen que los gansos a diferencia de los patos, estos tienen dientes, el ave furiosa agarró lo que pudo con su pico y mordió la virilidad del atormentado accidentado, Toño sintió como la sangre corría hacia sus piernas, el dolor lo hizo doblarse en dos colocándose en posición fetal, transpira dolor. La casa se activó, primero llegó su amigo, una palmatoria con la vela encendida en su mano.
¿Peñi que te pasó? Este a duras penas contesta.
- “Me mordieron la pichula, p`tas que me duele hermano, estoy sangrando”.
- ¿Y que estabas haciendo que te mordieron?
- “Me puse a mear por ese hoyito.”
Mostrando el orificio de la muralla
- ¿Oye hermano y por que no saliste a mear por la puerta?
- “Estaba muy oscuro, además que tu padre me amenazó si me metía a la pieza de tus hermanas”.
Sonríendo el peñi, mueve la cabeza y se rasca.
- “¿Hermanito y no se percató que mi viejo te estaba molestando?”
- No poh, no me entere de eso
- ¿Oye, te traigo alcohol?
Pregunta el mapuche joven
- Estay más huevón si me dejo caer alcohol voy a gritar mas fuerte con el descosor
Dice el herido
- ¿Tiene agua oxigenada hermano?
- Si, le traigo al tiro
Saliendo de la habitación, apenas sostiene la risa, les comenta a los abuelos lo ocurrido, estos, uno ríe, él, la abuela le dice bajito:
- “Le dije que no le contará esas historias del chucao y del niño Michimalguen, no ve que se asustó”.
El abuelo, solo se rasca la cabeza sonriendo, las jóvenes quieren entrar a ver que ocurre, el mayor les habla en mapudungu para que no se entere el amigo lo que esta diciendo, pero les cuenta, la más risueña, le grita al herido
- “Toño ¿Quiere lo cure con hierbas del monte? Tengo una mano muy buena para curar heridas”, la risa apenas la aguanta la muchacha, además, “
- “Tengo hijo y no voy a ver nada que no haya visto ya”
Chuchas, piensa ya todos saben la cagaita que me mandé, mas encima me agarran pàl hueveo.
- ¡No! Le dice a la joven, mientras la habitación se comienza a llenar de gente, las dos muchachas no quieren moverse, se ríen del toño, ambas bromean entre sí, le dicen…
- “Mira Toño, mi hermana te afirma la parte herida y yo te lavo con agua oxigenada” y te colocamos un par de parche curita”.
- No, no, no niñas yo me curo solito, así que si pueden me dejan solito y haré los primeros auxilios.
- Yo me quedo con usted peñi, -le habla su camarada- No te entiendo hermano, ¿tienes miedo a la noche? Por eso saliste a la siga mía para mear antes de acostarte.
Si, pero es algo mas fuerte que yo, nunca he podido superar, se que no hay nada mas allá de lo natural y lógico, pero, se hace la noche y entran las fobias peñi.
Lava con agua oxigenada la herida, coloca una crema y polvo antibiotico sobre ella, luego una gasa y ahí llega lo mas complicado, ¿Cómo afirmar la cura? trata de colocar un parche curita y no sirve, tampoco tela adhesiva, no le sirve por la movilidad de la herida, crece y decrece a entera voluntad, el parche lo mismo, solo que no tiene posibilidad de crecer o no, asi qué rompe una camisa limpia y se venda lo mejor que puede, se alivia, dice a su camarada que tratará de dormir, el peñi sale riéndose, ya no en voz baja sino con una sonora carcajada, apaga todas velas dejando todo oscuro nuevamente.
La muchachas se ríen con su hermano, celebran su valentía, la risa es general a esa hora de la madrugada en la ruca aquella.
Se recuesta y trata de dormir el toño, su herida arde, arde como arde su cara, la verdad todo arde, mas tarde un calmante que ha tomado hace efecto, pasa algo el dolor, duerme, despierta antes que aclare mañana duerme, pero, se duerme hasta pasado las ocho de la mañana cuando toda la casa está en pie, el sol está alto sus rayos han traspásado los árboles de la cordillera, medita antes de levantarse, “y toda esta vaina por temer a la noche”, se mira aprovechando la luz natural, “el ganso corto, hay una buena herida, en la primera micro que pase me voy”.
Desayuna, la abuela le ofrece un mate, en los ojos de ella hay una callada sonrisa, nada con el mate dice, así que toma un jarro de café de trigo, antes la abuela, le da una taza con una infusión de hierbas del campo, llantén, matico, salvia y además le coloca cerca de la mano un paquete con hierbas, está acholado, rojo, las niñas vuelven a la carga, nuevamente la mayor se ofrece a curarlo antes de que se marche.
En cuanto oye que viene la micro, sale algo cojo a tomarla, sufre ya que siempre va repleta de todo, pasajeros y bolsos de todos los tamaños, como puede sube, rata de no rozar a nadie, una hora más tarde se encuentra ya en la ciudad, aún pequeña, aún la gente se saluda cada vez que se encuentran, se reúne con su jefe, le cuenta ya que si no lo hace igual lo sabrá, la risa se escuchó en todo el pueblo, el jefe le dice:
- “Anda a la posta, para que alguna enfermera te cure”.
- “Taí más gueón que voy a ir, si lo hago se van a enterar en todo el país, me curo solito”.
El jefe insiste y le dice, “hermano, esta semana tenís que ir a Santiago a ver a tu mujer y a tus hijos.
- “Nica compa, no voy hasta que este sanito, sino, ¿cómo voy ha hacer las tareas? No me huevee más compañero”.
- Eso té pasa por miedoso, pero vos no soy nada de miedoso en otras cuestiones.
- Si, es solo la noche, la oscuridad, nada mas
- ¿Y que le vaya decir a tu mujer? Pregunta este socarronamente,
- Le contaré, pero creo no me va a dar crédito, así que usted tendrá que ponerme fianza en mi casa.
- Y claro, va a pensar la María Elena que te mordió alguna hermanita, no creo que te crean, ¿oye y te quedará cicatriz?
- Si, si la huevá de pato me cortó.
Pasaron los días, dejó de cojear, algo más serio se veía, no regresó a la casa del accidente, ¿quien sabe si en casa le creyeron? Solo que la historia alguna vez la comentaron, cada vez que ocurrió eso, nadie dejó de reír, es posible que le hayan creído que fue un ave, pero, es posible que haya costado un divorcio más en este flaco Chile, Aprendió que los gansos tienen dientes, y que fue atacado por un ave en lo más sagrado de su virilidad.
Glosario.
1.- callana bandeja de lata, con una larga vara de madera la que se coloca sobre el fuego para que se tueste trigo o especias.
2.- Lonko.- palabra mapuche que significa, cabeza, en la sociedad mapuche, titulo que se da al jefe de la comunidad.
3.- Hueñe: Niño en lengua mapuche.
4: Mapu: Tierra
5.- Hiinca: Hilca, Acaparador, o el que lo quiere todo para si, término usado por los mapuche, para denominar al conquistador, eso ya que en su lengua no existía el concepto de robo, por ende, no había la palabra ladrón, los españoles escucharon Hilca, pero entendieron Huinca así que desde ese entonces a los no mapuche les llaman huinca.
6.- Peñi: hermano en lengua ancestral, término usado para nominarse entre los hombres de la raza, todo mapuche es hermano con sus congéneres de la nación mapuche
7.- Quitral: Rojo en mapudungo, pero también es una planta que crece en las ramas altas de los árboles grandes, es una planta parásita de pequeñitas flores muy rojas
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