A Manito nunca le han dicho “Te quiero”. Manito lleva toda la semana chambeando duro, hoy completó cien pesos, es uno de esos días de mucha suerte. Manito no paga renta, ni luz, ni agua, ni gas… Manito nunca paga nada de eso, porque vive arrimado con un viejito buena gente que se dedica a pepenar de la pena. Manito compró una torta de milanesa de las de 30 y una Coca Cola. Se sentó a comer en el borde de la banqueta. A Manito le gusta ver pasar a las niñas que van a la secundaria “Qué tanto miras baboso”. La otra vez Manito se ganó un manazo por tocar lo que no debía tocar. A Manito se lo madrean seguido. Los viernes viene a verlo un tipo alto y huesudo lleno de tatuajes que le cobra lo del piso “Dame na más pal refrán”. Manito quiere
visitar a las de 50 antes de que le quiten el dinero “Se ha de sentir bonito”. Manito quiere que una Manita le eche una manita para calmar su corazón. Manito me miró fijo con sus ojos rojos de cuarenta años de sol. Me dijo despacito casi peloteándome las palabras “Regálame un pan”. A Manito le falta una manita, pero dicen que cuando nació tenía el pelo güerito.