De ese té que bebo sorbo a sorbo,
de esta semejanza a las lágrimas
de Buda en mi garganta.
¡Cómo se queja el esturión esta mañana!.
Del arpa que escuchan mis oídos,
las uñas sangrientas y embutidas
de ese puño despiadado que raspa
la sed de la montaña,
de esa que nunca supe caminarla.
Y siendo el matiz de su hoja
como las cepas otoñales,
tan variada trama cobriza,
cana y calva,
calienta esta alba desdichada
mientras abre la cañada.
De este té que bebo en desnudo
sus llamas me consumen y me
acuerdo de quien soy.
Texto agregado el 15-12-2019, y leído por 159
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
15-12-2019
Bello.
//Del arpa que escuchan mis oídos,
las uñas sangrientas y embutidas
de ese puño despiadado que raspa
la sed de la montaña,
de esa que nunca supe caminarla.//
Me encantó*****
Abrazo
Victoria 6236013