Fui a verificar rumores de un gallo que, según cuentan, desafiaba las leyes de la física, o de la gravedad, ese lugar era en El Viejo, municipio del departamento de Chinandega, Nicaragua, en una humilde casa, como muchas otras que hay por la zona camino a Tonalá.

–¡Buenas! –dije.

Sus habitantes me miraron con extrañeza, al explicarle el propósito de mi visita, la señora de la casa con mucha amabilidad me recibió y me dijo:

–Ha! Sí, por aquí está, venga.

Me llevó al patio trasero y ahí estaba un hermoso gallo de plumas rojizas y su corta cola negra, sobre su cuello lucía elegantes plumas amarillas. Estaba rodeado por tres gallinas pequeñas y menudas que picoteaban el suelo mientras el gallón me observaba moviendo su cresta roja que se elevaba sobre su pequeña cabeza donde también colgaban sus dos hermosas carúnculas, esas extremidades debajo de su puntiagudo pico, como una barba.

Nada extraordinario, un gallo algo arisco, paseando con sus gallinas.

–¿A qué hora hace su magia? –Le pregunté a la señora.

–Pues no tiene hora, a veces después que canta –me respondió.

Presentí que iba a estar un largo rato en ese lugar, me senté a esperar con mi teléfono celular a mano listo para activar la cámara y hacer mi grandiosa fotografía y documentar de esa maneara la veracidad de los hechos como todo un investigador de suceso paranormales que soy desde aquella noche que, dormido en mi cama, pude despegarme de mi cuerpo, pudiéndome ver desde arriba como yacía sin moverme hasta que asustado hice el impulso de regresar a mi cuerpo, como cuando uno está flotando en el agua y se zambulle, en seguida y de forma pasiva desperté con la sensación y la certeza de que lo recién sucedido había sido cien por ciento real.

–¿Cuándo levita tarda algún tiempo en estar suspendido? –pregunté.

–No mucho.

–¿Y se pone de cabezas o da vueltas en el aire?

–No, solo flota con las patas hacia el suelo esperando tocar tierra nuevamente.

–¿Queda mareado o aturdido después que le pasa?

–No, normal.

–¿Le pasa desde que era un pollito o flotaba el huevo antes de nacer o ya así grande?

–Así grande, lo primera vez que lo vi fue hace como unas dos semanas cuando quiso picar una de sus gallinas, jajaja –se ríe– él que la monta y se suspende, parecía que alguien lo estaba halando con alguna cuerda invisible, ya no pudo el pobre con la gallinita.

–Interesante, seguro se asustó.

–¿Quién? ¿El gallo?

–No, usted.

–¡Ah, no!... Bueno, un poco, pero cuando lo vi por segunda vez ya no.

–¿Y cuantas veces lo ha visto?

–Como cuatro o cinco. Cuando le conté a mis hijos ninguno me creyó, hasta que ellos lo vieron también.

–Bueno, a ver si logro verlo hoy; sino tendré que regresar mañana u otro día, ¿Nadie le ha tomado fotos o videos?

–Que yo sepa no, pues ya hubiera salido en algún diario o noticiero, creo. Y a usted, ¿quién le dijo?

–Los rumores vuelan, y más que yo soy de Chinandega…

En eso estábamos cuando oímos cantar al gallo ¡Quiquiriquiiiiiii!

Agarre el teléfono y puse la cámara; en cuanto levite le tomaré la foto, le voy a tomar varias si me da el tiempo necesario para tomarlas, o ¿mejor le tomo un vídeo? penaba mientras en la pantalla de mi celular veía enfocado al gallo que pareciera querer escapar, al parecer lo estaba espantando, yo lo seguí todavía enfocándolo y de pronto… ahí estaba, sí, fue rápido, más rápido de lo que me esperaba, vi cómo se suspendía mientras sus patas querían alcanzar el suelo, lo bueno es que fue suficiente tiempo para lograr tomar la foto que deseaba ¡Oh, qué maravilla!

Cree que esto es un cuento, pues no señor, y para muestra a continuación le presento la foto que tomé ese día, y que le ha dado la vuelta al mundo, una foto que, ¡por diosito!, es sin manipulación, tomada de mi celular directamente para usted querido lector con mucho respeto…, la evidencia de “¡El gallo que levita en el pueblo de El Viejo!”

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Vea la foto en: https://cuentosnicaragua.blogspot.com/2019/12/el-gallo-que-levita-cuento.html

Email: valdezmauricio95@yahoo.com