El 7 de diciembre de 1585 un Tercio Viejo español estaba rodeado de ingleses y de holandeses. La rendición parecía la única salida. El almirante Holak propuso a los españoles la rendición con honores. El Maestre del Tercio español respondió: Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra, ya hablaremos de capitulación después de muertos. Ante tal respuesta, el almirante Holak abrió los diques de los ríos para inundar el campamento enemigo.
Sólo quedó el pequeño monte de Empel donde se refugiaron los soldados del Tercio. Un soldado cavando una trinchera encontró una tabla flamenca con la imagen de la Inmaculada Concepción. Considerando el hecho como una señal divina los soldados se encomendaron a la Virgen.
Aquella noche un viento helado hizo que las aguas del río se helaran. Entonces los soldados españoles marchando sobre el hielo atacaron a la escuadra enemiga al amanecer del 8 de diciembre y obtuvieron una victoria tan completa que el almirante Holak llegó a decir:
"Tal parece que Dios es español al obrar para ellos tan gran milagro"
Desde entonces la Inmaculada Concepción fue patrona de los Tercios españoles y más tarde de la Infantería española.
(De una amiga)
Texto agregado el 09-12-2019, y leído por 287
visitantes. (15 votos)
Pienso que la Virgen le hace milagros a todos los que se lo piden,me imagino que la fe con la que se le habla hace que las palabras lleguen a ella.
Creo en sus milagros,no tengo ninguna duda al respecto*****
Un abrazo
Victoria 6236013
10-12-2019
Bonita historia. Y coherente, ya que favoreció al que estaba en su casa. Te felicito. peco