20:30 hs. Fiorela se encontraba en su habitación, la misma de toda la vida. Tirada boca abajo con los pies cruzados e inquietos, descansando, pero no durmiendo, relajada pero muy despierta. Hacía algo mas de media hora que llegaba de la facultad. Su padre la había invitado a cenar, hacía bastante que no los veía. Ella ya no vivía allí, pasó de repente. Un día empezó a quedarse en lo de su novio una vez a la semana, después dos, después tres y de pronto solo pasaba por la casa de visita. Sus padres conservaban su pieza y la de su hermano, tenían una casa grande y esporádicamente sus hijos se quedaban a dormir como siempre, como antes.
21:00 hs Fiorela escucha un ruido en el patio, mira y ve una sombra. Tiembla del miedo, sus padres no llegaban, estaba sola. No quiere volver a mirar, sabe que hay alguien allí. Lo sabe, no tiene dudas. Los ruidos continúan y se acercan, no se disimulan, hay alguien en el patio y se maneja con total impunidad, sin ningún tipo de tapujo, sin sigilo. No quiere ver, está aterrada. Escucha que hablan, eran dos, un hombre y una mujer, ambos jóvenes. Ninguno disimula su presencia. Entran en la habitación de su hermano, cierran la puerta y escuchan música. Charlan. Está aterrada, no los reconoce. De pronto silencio total, alguien chista bajito. “Hay alguien” se escucha.
Fiorela grita “Váyanse! ¿Qué hacen?”
- El joven: “Nos vieron”
- La joven: “Quién nos vió?”
- Fiorela: “Váyanse!” “Salgan de acá” “Voy a llamar a la policía”
El joven corre por el patio y salta la medianera, la joven queda inmóvil en el medio del patio. El joven vuelve.
- Joven: No me puedo ir así. Si dejé un montón de cosas en la pieza. La tele, la cama, ropa, el equipo.
- Fiorela: ¡Andate, salí!
El joven toma de la mano a la chica y vuelven a entrar a la casa, sube las escaleras y se acerca a la habitación de Fiorela pero no entra. Se queda afuera, a mitad de la escalera y le habla de allí.
- Joven: Perdoname, ya me voy, y no vuelvo.”
- Fiorela: Andate! Salí de acá. (Grita)
- Joven: No te voy a hacer nada soy Nacho el vecino de al lado.
- Fiorela: ¿Y qué haces acá?
- Nacho: Vengo siempre. Duermo en la habitación de tu hermano.
- Fiorela: Ya viene mi papá.
- La joven: Vamos Nacho. Me quiero ir.
- Nacho: (Llorando) Pará no te vayas, quédate acá conmigo. Estoy re mal, no me dejes solo.
La joven se sienta en el sillón del living y se tapa la cara con las manos.
Nacho apaga el aire acondicionado. Se abre la puerta y entra el padre de Fiorela.
El hombre se sienta y se queda callado. Nadie habla.
Hombre: Lo primero que me dijeron fue “Cómo no te diste cuenta de que había un pibe viviendo en tu casa”
Nacho: Perdoname, no me vuelvo a meter mas, ya me voy.
El hombre prende el aire acondicionado
Nacho: Yo recién lo apagué
Fiorela: ¿Qué? Yo te voy a denunciar a la policía.
Nacho: No por favor y no le digan a mis padres (Llora acongojado) ¿Cómo me voy a meter de nuevo? Estoy mal, estoy mal, estoy loco, me estoy volviendo loco esto que hice está mal. No se por qué lo hice, prometo que no lo voy a volver a hacer mas.
Fiorela: No me importa, te voy a denunciar. Te voy a denunciar.
Nacho: No por favor no me denuncien (Ya no puede hablar del llanto, ahora él es el que tiene miedo) Perdoneme, perdóneme!
Uno de ellos despierta y se pone a escribir esta historia... |