El 21 de noviembre me concentré en la universidad nacional de Colombia, en la sede de Bogotá, los estudiantes de esta universidad, a pesar de tener hace meses motivos, declararon un paro de una semana (del 18 al 25 de noviembre) por motivo del paro nacional que nació del anunció de la CUT y se fortaleció con la adhesión de los pueblos originarios y los estudiantes que sentaron una posición política a tiempo. La nacional entró en paro por lo que se venía, pero es evidente que sigue pensando en terminar semestre.

Yo llegué en SITP, por la carrera 30 no había trancón donde suele haber, pocos carros y nada de buses de transmiseria. Llegamos muy rápido, en el camino podíamos ver a algunas personas bajarse de las estaciones y caminar por los carriles que transmilenio coptó, también mucha gente caminando. El aspecto de la 30 fue el primer síntoma de los días que vienen.

Al llegar a la nacional a las 9am más o menos se podía ver lo llena que estaba la plaza Che, las banderas y trapos hacen presencia, verla así me recuerda a las pasadas movilizaciones donde hemos sido multitudes marchando desde la universidad. Me instalé a ver y esperar en sociología, al pasar el tiempo la parafernalia de la comunidad hacía presencia, estallidos que a algunos asusta o disgusta y a otros emociona. En la espera llegó una batucada a la cual un compañero calificó de ser la mejor de Colombia, nos acercamos a disfrutar, los bombos, ritmos y bailes me hicieron entender que este era otro síntoma de lo que se venía, nos estábamos repartiendo fuerza. La gente me sorprendió, era mucha y estaban preparados, con gafas, mascaras, banderas, instrumentos, pañoletas, capuchas y bonitas ganas de movilizarse.

Me parece muy lindo el momento en el que la gente saldrá y las puertas se quedan pequeñas, por la cantidad de gente seria uno de esos días, pero al llegar a la puerta de la 26 vimos que solo una parte de las puertas estaba abierta y lo estaba como si fuese un día normal en que salimos de uno en uno, una falta de respeto. Ante esto llegó un compañero con cables y una pulidora, para hacer algo al respecto y abrir las puertas, me hubiese quedado a ver pero esperé al menos 30 minutos a que algo hicieran, entonces salimos.

A medida que pasa el tiempo me gusta menos marchar con los estudiantes, aunque los puntos positivos nunca han decaído, repiten mucho las mismas arengas, habiendo tanta variedad y tan pertinentes que son las que no fueron cantadas al menos en lo cercano a mí. Cuando conocí estos espacios no daba pie con bola por la variedad, pero a medida que pasa el tiempo pareciera que se van perdiendo, me pregunto cómo habrá sido antes. Como siempre, la policía nacional hace presencia con la fuerza disponible y sus agentes “anti disturbios”. En el camino una compañera me comentó que en la 68 nos esperaba el ESMAD, era de esperarse que nuestra ruta se viera cagada por el distrito, la ruta que se decidió para esta multitud era poco pertinente, a pesar de la intención de abordar y bloquear un sector que nadie más cubriría. Entonces debíamos volver a la universidad.

Al llegar a la 68 los ya famosos sin violencia se arrodillaron frente a los perros del Estado, era obvio lo que pasaría, atacaron, producto de esto se rompió la marcha. A pesar de ser una multitud que simplemente pudo pasar encima de los armados de la policía la gente buscó la manera de llegar a la carrera 68 y volver al campus. Marchar por la 26 es llamativo, sobretodo por las instalaciones militares y policiales. Recuerdo que en un punto antes de la 68 algunas personas gritaron “sin capucha” ¡Pero que falta de conciencia!

Además de haber escogido un sector en el que a los marchantes no se les trata bien trazaron una ruta bien larga, por la 68 hasta la calle 63, a la 30 y a la universidad (la original bajaba hasta el aeropuerto y se devolvía por el Simón Bolívar). Pues en esto nos agarró tremendo aguacero, después de poder tomar la 68 no se veía policía. Cuando llegamos a la 53 y estábamos bajando de la 30 vi el plantón que había en la entrada de la 53 de la universidad, esto tendría un final predecible. Cuando entre a la universidad, quería acomodarme un poco ya que estaba todo mojado y tenía 3 libros en la maleta, escuché las aturdidoras de la policía, venían de las puertas de la 26 y la 45, esto y el volumen, el gran ruido de las aturdidoras era otro de los síntomas, pronto la puerta de la 53 también estaría en tropel.

Ya en la noche sonaban por ahí, bien tímidas, las ollas. Gracias a esto salimos, recorrimos una calle y se nos pegaron solo dos personas, una pareja joven. Estuvimos en una esquina haciendo sonar, después de unos minutos la gente se nos acercaba, estaban en ropa de dormir y chanclas. Después de reunir un grupo grande nos fuimos para el parque, en el parque se nos pegó aun más gente, yo incitaba a la gente que tocaba las ollas en las ventanas a que saliera a la calle. Paso una hora o algo así en el parque y esta reunión espontanea de personas, que de vez en cuando se encarnizaba con “Uribe, paraco, el pueblo está berraco”, decidió moverse, cuando estábamos llegando a la calle 140 nos dimos cuenta que más gente venía por el occidente y el oriente, nos unimos y seguimos por las calles residenciales a convocar a la gente.

Cuando la marcha espontanea tomó la séptima hacia el norte pensé en dos cosas; el lugar que alguna vez fue el hogar de Duque y el ESMAD desbloqueando vías. Al llegar a la portería indicada el cacerolazo siguió, cuando llegó un camión con agentes del ESMAD nos fuimos, pero al parecer no hubo violencia esa noche en ese punto.

Me llamó mucho la atención ver que en la noche el tropel en la ciudad universitaria había tomado tal carácter que a los policias los sacaron de la puerta y la acción se daba en plena 30, yo nunca había visto eso. También resalta lo sucedido en Suba, donde todo empezó pacíficamente (y hay videos) y ante la llegada de los arma disturbios (llegaron temprano) se montó un tropel pa la memoria.

El paro nacional apenas comenzó, Bogotá siempre es un caso raro y complejo, pero en el resto del territorio las dinámicas están marcadas por las condiciones existentes, determinar las de Bogotá resulta muy complejo, esperemos que el pueblo se organice, se comunique y se mantenga digno.