Mabel: Por todo lo derivado del impás de la muerte cerebral ahora a mi esposo lo siento un medio hermano; encima proscripto de aparearse hasta conocer si dios lo persigue; no obstante por que su vida es solo lucha y descanso él de los dos es el más perjudicado, cuando yo mal que mal me sigo divirtiendo de volver sobre mis pasos para cerrar ciclos que quedaron pendientes; en ésta hoguera de miradas igual camino ralentizada con las llamas como vestimenta, y por culpa de los amores sofocados enredada de miradas desfilo con los collares de la verguenza; más de nuevo con las riendas del rancho sigo firme pero con el marido en suspenso crónico; aunque desde el punto de vista conyugal alejada de derechos y menesteres me considero viudita negra de bomba de amor palpable, un emporio de trastos que cruza descalza sin inhibiciones las vayas hacia el tugurio perfecto; y a la vez de sínica me siento una apóstol mujer, un valuarte medular, esposa por siempre al servicio de la causa del milagro de la resurrección del marido. Me debato entre un polén de inspiración divina decantado en estos lares y el lógico coraje del feminismo mundano con dar trompadas al vacío; y como para justificar mis auténticos derechos de tener placeres no juzgo demasiado por el temor del revote. Entonces puesta al servicio de, con más razón la prisa me arrastra como patines, y pues ya ha de volver la rutina presente en el volteadero santo me rasco de los resquemores.
Pero como para ir picando snak y embutidos en la sala de espera, le comento que por fin tenemos definida la fecha del premio gordo para el más gordo del mundo estancado en los últimos retoques; con girando el mundo en el cíclico tiempo precioso igual de redondo y lleno de vida, será entonces el lunes de asueto al otro día de las otras elecciones generales; que según pareciera por el boca de urna de las PASOS del hoy, allí se resolverá el intríngulis prescindiendo de balotage; por consiguiente hasta ese día el Ignacio marido mío, que ha podido votar pese a la cabeza salirse del documento, deberá permanecer a dieta, pero no durmiendo, con los kilos establecidos como válidos conseguidos hasta el momento, desde un ir hacia lo hiper para regresar a lo standarizado por la naturaleza como regio; en su caso luego de un largo durmiendo de espumear el suero haciendo catálisis entre la aguja y la piel; y como sería apropiado suponer, aunque ahora los suponeres se vean relativizado por el derrite de los glaciares, si la marea no sé presenta para aquel día de asueto, igual irá haber fiesta general, de no solo buñuelos, y en el bosque ollas populares comiendo los pobres puchero con jalapeño de las donaciones, y un gran bailongo de tres días de andes de atravezar; se calcula la presencia de mucha gente extra, pero no sé cuantos exactamente a los séiscientos invitados de privilegio.
Ahora hablando en serio, para que me comprenda, mientras tanto Ignacio estaba en coma vegetativo, por un tiempo fuí señora acartonada, perdido echarpe, sonriente y descolorida enfermera, mientra tanto mostrando por compromiso al público un catálogo de exibición de moralina prensada por la fobia; pues él dormía cretino en el verano sin noción de lo sabático, ni del ventilador fundido, por la imprudencia de la gula irrefrenable, en ese coma profundo tan especial de soñar a lo armario de plomo, producto de la irresponsabilidad enajenante, mientras yo dibujada, colgada hacia piruetas sin coreografía; un contrasentido al cohete pues antes de caer soporífero estaba bien encaminado con la dieta, en la vuelta de la posta de la buena senda, en los trescientos kilos, con la curva para abajo, y podía comer banana. Y a ver ¿Que podía hacer de diferente, en dicho callejón hacia un más allá idealizable, si estaba yo también semiviuda e igual de atraía hacia la vida como las de veinte? Pero con los años apretando como clavija mi escencia se narcotizaba de una pura esclavitud egipcia; entonces yo soy esta de cuestionar y tú eres una leyenda ida, calmándose en el andar de la jaula con los otros tantos pajarracos inocentes, absurdo, dos caras iguales de la misma moneda, pero vea, por eso, aun así de escondido en el olvido lo sigo considerando un ángel de privilegiada ubicación y auténtico linaje; y aunque luego de mi adulterio todo a vuelto a parecer sin haber repeticiones, yo entiendo mi actitud como algo de emergencia producto de la caridad que me ofrecen, como cuando queda el sobre suspendido en la ranura de la urna, a la espera de la mirada del presidente de mesa, y depués del okey salir del congelado; quedando yo cepillada haciendo destreza de evitar ser encandilada liebre. Entonces, repito, sin coqueteo pues de usted no pretendo reclamo de la garantía, pero, remarcando la afirmación aunque conlleve una interpolación del uso del idioma en metáfora, cierre el pico, si por tal caso exclamando vuelven a transmitir del cielo; mejor haga al momento filtro en el oído, más luego actúe cual un cónsul de la agitada Bolivia. Y así de golpe y porrazo quedé como los monos de la selva samarreando árboles, oxidada la vajilla inoxidable, inexorable corvina al remover de las escamas; pues convengamos que estando tan sola no existe la disertación posible; y a mí ni siquiera los remordimientos me van a indicar lo que tengo que hacer por delante, ni venir a prevenirme de la hora del presagio; y pués entre todas las generaciones soy la hollejo sin tiempo con más razón no puedo ser una más de la palestra; solo miro la vida pasar como las cámaras de las avenidas, imposibilitada de entender el uranio enriquecido, y ahora actúo como aquel soldado de Malvinas, desolado y urgido por el propio instinto de concervación; latente dentro de una fuente con tapa, sobre sendos caballetes de arena. Más los otros romances, ahora prohibidos, yacen en una encrucijada desde la caridad hacia el desvío, todos suspendidos por la culpa invisible que en la interrogancia continúa renaciendo, intentando revivir al patito feo bajo el imperio viril de la toalla mojada. Pero no se trata de fijar una tapa y san se acabo el problema, y usted regenerado podría llegar a ser esa palanca de arruinar lo apelmazado del entuerto, que miedosa avizoro de aquel día al pueblo juzgarme por machona; aunque en definitiva, dúctil y amiga, tan apartada de la vereda de las convenciones, deberé aceptar cualquier faceta de los avatares del destino. Ya no me importa reír para quitarme la crosta del ursus americanus, o por curiosidad despansurrarme de ver como reaccionan los perjudicados, y así divertir al alma a destajo para no quedarme sin nafta en el lamento del aborrecer. Pero no logro volver en mi nuevamente en sacarme la prenda del quebrar y del acariciar, del prevalecer abastecida y vivir por siempre gozando, prefiriendo ser el hazme reñir con las frazadas y dejar que los otros piensen lo que más les convenga, les convenga de verdad; recién después de mañana estaría dispuesta a poner marcha atrás y purgar la desolación en funsión de lo postergado por el matrimonio. Entonces lamento tanto sobrarme el aire y los inconvenientes teniendo que rehacer la historia tapando el agujero del tarro que abrazo; y describirte con incordio así como un ente soterrado de incipiente afirmación bucólica por falta de un silencio necesario de dejar de pasear la lengua sobre el plato; aunque en volver la señal temo el discernir de usted de las cosas vueltas en moral pura de idealizacion matemática. Soy de manufactura corajuda con adosado mucho coraje e inteligencia, entonces sin detener la marcha, mejor en vez de divertirme como una colegiala, hago la individual atenta del camino sinuoso con yendo ha por más inaguraciones de la comedia, de arriesgados entretelones haciendo el pañuelo de la sorna rodar con los jadeos. Pan con pan, pensará usted, comida de sonso; y para que están los sanwinches; más lo otro del comienzo del matrimonio quedó tan lejos como la luna. En la vida mangar para vivir al resguardo de lo prestado finalmente te hace parecer a un animalito, y yo no pienso pedir nada pues aquí lo que reluce son diamantes. Pero no tema, pues encosquillada con los vahídos de la calentura, esta vez evitaremos usar el privilegiado bautismo, porqué estando codificada de ficción por el vértigo de los ratones será parecido a una pulpa melosa de encanto total, remando contra la ráfaga del látigo delante, asentada bajo un árbol de sabiduría, Joe, con sus frutos sicarios gratis sampándome trompadas de sabia en la nuca; con yo en furia, encendida de acuarela, desprendiéndome nuevamente de las manijas del naviero del tabú, hasta ser liberada en el socorro del sol filtrado por rejas y persianas; y recién ahí arribados de turbinas en un laxante infinto, seremos un guiño heroíco de lo diferente de tejer querubines con ternura, enroscados en sombras de la lámpara con la seña del cencerro en el origen, y con las manos de verter escalofríos al espejo vacío del alma.
La vida en nuestro planeta, entre la regulación de dolores y placeres pululando como la aviación en los desfiles, es comparable con el fuego de una estrella ardiendo gracias al atómico combustible adherido al núcleo, como también son las almas de lo que hiciere de su paño estarnos ardiendo en presencia contribuyente; pues ámbas corren paralelas como la flama sobre de la bencina; y jamás podrá haber separación entre las ideas y la existencia; por eso amigo Lorazo, habiendo llegado el momento del vals y de los antifaces es preciso en ahora cruzados sobre el mismo baile, paradójicamente para lo ideal que nos incumbe, no exista peor cuestión que el mundo de las ideas. Nos separa un abismo intransigente pero mejor hable de chulerías formales, y si por ventura vuelve a reproducir indicaciones sobrenaturales, le recomiendo preferible hacer un filtro en la mente primero, más solamente decir de lo concerniente a la coronación del Ignacio, que por la algaravía popular nadie tendrá las orejas permeables ni respaldo del interés puesto en caricias bastardas o maldiciones del por qué si. Como su lengua cuando también estuvo al servicio del espíritu santo, cuánto más conveniente sería tener sus ojos apartados del confinamiento hacia el reino de los cielos en dicotomía con la opinión saliente del razocinio. No sé como será lo que continúa, pero porque ahora sus plumas brillan como un plumero viejo eso me otorga alivio para aquel sector de mi destino imperial; inquietante y preocupada estoy embarcada en sobresalto quizás por su silencio animal de extorción subyacente; serán tabacal de chocolate las cosas que usted haya podido ver por el ojo inquisidor, no sea abstraído y glotón pues nunca más podrán castrar o enturbiar el nuevo camino empalmado con lo anterior; nadie se tomará la real molestia de hacer trascender otro tipo de ortografía fuera de lo importante sobre la hilera de pinillos; que si le digo amigo eso es lo que siento estipular, con alta correspondencia de mi unicelular hermandad; pero si la moral se ancla sobre los impulsos desorbitados, o bien los románticos avatares, eso mismo va hacer descansar la razón sobre una trizada verdad de cristal, no vale la pena; sería desatinado trazar una cruz en el paisaje como el reflejo rojo del sol debajo del horizonte; al decir de cuando veninos a este mundo, siendo lactantes no somos nada por nuestros medios, aunque luego si, y es de donde hay cuerda para la prisa de dar rienda suelta al optimismo y el agradecimiento.
En fin, podadera mediante, la preparación del predio hasta dejar proligo el todo que gira sobre el pozo, será una epidemia de ansiedad, abnegado proceso de mucha garra con suspenso; y aunque la estancia ahora está impecable, la fracción que lleva al bosque lindante un matorral insoportable; donde quedaremos a la espera de transformarlo en ribera mimada, por el milagro de la marea aproximarse; y en concordancia con aquel día tan sublime, cartón lleno. Pero todo encomillado, y pues lejos de ser un malpensar de cachar estupideces, hasta el mataburro que no muerde ignora como será la actitud del clima ante nuestros suponeres, pero como sea valdrá la pena esperar la verdad de lo cierto, y será bajo la aparición del milagro concordante que habrá gran fiesta para recordar por siempre; y ajústese el penacho para escuchar esto, tendremos allí cien mesa equipadas con manteles blancos de fina estampa, de seis comensales cada una, que irán rodeando el pozo, con también sillas plegables, centros de mesa iluminados de flores de un color ambar calcinado, en velas embueltas con tulipas de cristal reluciente. Pero todo se aprecia estar al resguardo de un silencio social equidistante, más allá de la gloria presupuesta, pues los periodista del cuarto poder, en emboscada infame, han pedido como exigencia un dinero de coima para cubrir el evento, más luego de un cabildo abierto, ni el Ginnes, ni nosotros, ni el intendente, ni patrocinador alguno, ni nadie, se han dado por aludido en querer abrir esa puerta hacia la simpática fama, fianza de pagadero avergonzante para acentuar una historia relativa; y pese a todo la fiesta será seguramente multitudinaria, pero eso si, no habrá ni cámaras, ni cameraman, ni movileros que asistan a hacer notas, ni nada que se pusiera donde rascarse de la egolatría. Entonces porque gobernador y municipales se han negado a querer pagar dicho arancel de burdo parquímetro del cuarto poder, específico como para ser entendidos como parte de las noticias valederas e importantes, igual sin noticieros ni fama estaremos firmes frente a las sanciones de la indiferencia de la coima recentida que nos pretenden hacer recaer.
Con todo si la marea llegase justo aquel día tan cercano seremos nuevos apóstoles en miniatura, e iremos de corazón a tonificar al Ignacio con nuestro aliento de bambalinas; y hasta con cabritos pues ya no habrá necesidad de dietas; por supuesto, no repunte anquilosado, sino marea protuberante y genuina, de pasados los tres metros de una y sin dudar dificultuoso, meta acareando agua dulce en grande galoneada, del caudal milagroso santo del rio firme como un vulgar caramelizar budines; y que haga falta un viaducto en vez de tablones para comprar el pan y de las tortas para el festejo póstumo; aunque el tiempo está tan lozano y regular, con el verde de los angelitos tallos asomando al volcán de la vida adiestrados como para el jardín japones, que nada hace pensar en una marea imprevista de primavera tempestiva como la de la Venecia consagrada ¿Sabía? Nadie se ha muerto desde el despertar del mesías, y ergo los viejos nuestros del rio, siempre importantes al pie de la catedral, con la servilleta como babero haciendo sonar los cubiertos sobre el tablón de las tumbas, queriendo vivir eternamente cual si la existencia fuera vapor de nubes, neblina. Y todo será dedicado a la inmaculada virgen regente que lleva la ciudad su nombre, digo, el hecho inédito de la marea presentarse en concordancia con el veintiocho, haciendo la casualidad quedar despatarrada, ya casi entrada en el nirvana de los milagros, tenida en cuenta como un agente líder de sospechado azar. Eventos leves comparados con los de la biblia santa, pero es dios de nuevo que nos saluda y nos dá cariño, seguramente para que la fé no decaiga y seamos buenos y tiernos, debidamente preparados para el nuevo milenio de una etapa reluciente; todo lo material se gasta y se percude, la gasolina también muere como el ocaso, pero en esta oportunidad dios se ha apoyado con su poder sobre el nuevo enviado, hombre apabullador de las sanciones impuestas de antemano para lograr lo que se propone, prendas donde el pueblo puede observar, del jarrón de la transpiración, los límites inapropiados de la voluntad causando efecto de catarsis para la razón quedar lubricada. Entonces por fuera de elucubrar mueblería sobre un optimismo desmedido, de ocacional dicción bien pronunciada desde el abdomen, quiero resaltarle como pincelada a ver si me lee bien los labios, que hoy tenemos la exigencia sobre la picota de los directivos del Ginnes, en pretender cuidar a fondo la salud de mi marido; que no vaya a ser que muera por motivo refractario del destino, ampollado por una hipotermia al querer unir los glaciares rotos por el efecto invernadero; pues por esto entonces se ha corrido nuevamente la fecha del festejo, y se ha fijado día nuevo para el acto del reconocimiento, y será precisamente el lunes de asueto después de las elecciones generales del domingo veintisiete de octubre, nuestro lindo mes dedicado al Colón de las Américas. Si bien jesús era cósmico, seguramente también era humano de hechura simple, falible de errores, con días de luz mental y otros quizás no tan afortunados, de pensamientos como para la exposición y de pensamientos para el olvido; no era precisamente un sofista de vista con contra frente hacia la ribera, pero igual se le anotaba todo, hasta cuando hablaba mamado; y estoy segura que tampoco era un lego de la lógica o de la dialéctica de Atenas; y entonces yo ¿Que se puede esperar de mi? Allí de yapa en el adulterio, dando clases magistrales a un pájaro de estilo burlesque, sordo y acabado; y encima venirme a gastar el swing en la culpa del promiscuo que vuelve sobre sus pasos por la última ración, valiéndome la pena un onírico momentazo redentor. Y ¿Por que no? Persona de luchar con fuste por los derechos de las mujeres en cuanto a equiparar jurisprudencia y obligaciones; de además detestar ser indirecta e insinuante, prefiriendo simplemente ser una topadora como las de la municipalidad; más nunca como usted así de metido en la melancolía de la erradicación, desmemoriado del instante próximo pasado, nauseabundo por el cóctel de la jaula con los otros pajaritos y flojo del servicio de entender como entendía, cuando arrancando bien la transmición transmitía desde cielo por sobre cualquier obstáculo de los virus; pero luego de no tener otro parangón fuera de ser un ángel, debenido en subtítulo de un nuevo empezar embrutecido, apagado como el después de una lechuza resfriada a años luz de la industrialización, piojoso sin otro vínculo que con las liendres, y matutino por falta de presupuesto sin consulta veterinaria; imposible de sonsacar los recuerdos del naranjal en cuna de la selva misionera brillando solícito en las retinas. Entonces digo, mejor entendamos la vida en este planeta, ser como las llamas del sol, comparable con aquel astro encendido e inalterable, pero aquí de mucha vida, desde las algas a los pichones de codornis, y todo por una combustión especial a favor de un camino encendido de vida, mucha vida y muy variada, suficiente en si misma hasta gastar la carga, será, quizás rumbo a un regreso parabólico, aunque sutíl, en propagarnos hacia nuevos horizontes habitados por los espíritus; y cuando las cosas salen como dios nos manda, nosotros somos humanos orgullosos y etéreos de mantenernos en prosa sin distorción; y sino luego de soportar en el despelote por fin nos convencemos del camino equivocado y aberrante. En este planeta se plasmó de una manera muy diferente a lo convecional de las estrellas el ideal del fenómeno de la combustión; aquí la flama es la vida, y seguramente el alma es su combustible. Cuando alguién tiene una manía o crispación, para quitarla de encima, es bueno crear un duplicado y hacerlo correr al mismo tiempo que el principal, impostación extraída del mundo de la imaginación haciendo colición con el presente, y entonces ese número dos, de un mismo defecto, hará mermar o simplemente desaparecer el entuerto. Es que en el número dos, de lo mismo, se produce una alteración evidente; y por ello Jehova se ha mostrado muy preocupado por la posibilidad de hacer vifurcación de la creencia. Empezando mal desde el Eden, más luego desde el nuevo comienzo, de un Noé subalterno y obvediente, con la etapa correctiva de la férrea educación impuesta por Jehova a nuestros pueblos, cuando más tarde, ya más tranquilo y confiado de los resultados del correctivo, el dios único ultrasonido volvió a predicar siendo jesúscristo superhéroe, acerca del sostén doctrinario necesario para ser realmente por fin civilizados; ahora confiado de la plataforma de hormigón armado, manejaba la hipótesis de como mucho, a lo largo y ancho de la vida terrenal, un pecado solo por persona, a lo sumo dos, en duplicado avergonzante de drenar la valiosa fé en troperías; pues entonces, a ojos vista del convulsionado hoy deberá volver y reformular la ley como antaño, pues hasta el infierno de la cárcel nos sabe complaciente, sobre todo en esta Argentina tan reicidente, en que nadie se fuga del calabozo por temor a trabajar de empleado; casi tanto como antaño, tripulación del hoy descarriada del bien, con las pobres víctimas producto de la inseguridad sumando pelotitas al rosario de maldicones por la venganza, unos y otros instalados de espanto en la hebilla del querer como riestra de chorizo al mal necesario, con además llovizna de pochoclo envenenado sobre la manzana azucarada de la locomotora. Quizás al haberse propagado las llamas de la vida por todo el planeta, mucho más que antes, dicha relacion de dios con los milagros haya mermado a niveles bajísimos, pero igual pienso que dios está atento a las ovaciones, a los quejidos del esfuerzo, y por tanto se deja ver mucho en los deportes con jugadores desplegando gran virtusismo. Como proyecto de doctrina de la perfección en el horizonte oblícuo del largo plazo, el sobrante de la marea iría a parar hacia zonas donde impera la sequía; aunque como prefacio de los festejos, donde la inclusion del agua, de momento, como para mantener la plaza y el atrio enorme despejado como cielo celeste se ha empalmado simplemente con la cloaca pública; y aprovechando ese tiempo entre la finalización del entubamiento, alertados de dilear con un aclamado mesías, los médicos infravaloran al paciente cual si fuera una eminencia, que luego de la esquila del sujeto, sería degradante verlo morir a centímetros del margen, por un vuelco imprevisto de súbita adversidad, entonces le sugirieron a Poncini, que antes de darle el alta mejor se arme de paciencia, y se exponga a unos chequeos médicos, preventivos, y los directivos del Ginnes, en especie de intinerario formal, están presionando para el mismo lado de la responsabilidad facultativa. Pero en esta oportunidad, con la libertad de prensa amordazada, si la marea llegase a coincidir con el festejo de la coronación de mi marido, iremos a conciderar dicho evento natural cual una evidente presencia de la dimención divina de los milagros de dios, y por tanto iremos a festejar rabiosos haciendo gala en nuestra aldea de la felicidad obtenida; sabido es que en la ley de mercado las cosas buenas prevalecen y a las malas nos la compra nadie, entonces el pueblo de Luján a creado un sistema de apuesta clandestino, donde ya hay un pozo suculento como la polenta con queso, grande hasta el cielo y cristalino como el agua. Entonces para los apostadores del si, si viene la marea y coincide con el día programado, ávidos están del agua desbordarse en el día del reconocimiento; que hasta dan doble contra sencillo en favor de la marea presentarse como regida por una orden, coincidencia estipulada cual un milagro genuino; y será precisamente cuando, pese a mi relativa conducta infiel, mi marido empieze a tener sus apóstoles; dentre los que me encuentro, y así poder festejar la libertad del cielo entre los muchos del Si, en apostar por la marea presentarse arrastrada por dios. Y precisamente los milagros que recaen sobre cada profeta, hechos positivo e insólitos, portentosos y sorprendentes, son el factor principal como para luego fiarse de los propios dichos del mesías, que ahora se tornan confiables; porque el elegido además conversa con dios o en sus sueños él le dice como actuar siempre para mejorar lo imperante; y habida cuenta de la cruenta lucha por sostener la fé cual un valuarte hoy tenemos a los científicos top como los primeros en renegar de las religiones; un mapa complicado si es que se tiene apuro. Y en esa hora de evaluar al mesías junto con los milagros, requisito imprenscindible y emancipador de la acción de dudar, que sin esa manifestación celestial a divulgarse por lo admirable sería imposible hacer un vaticinio favorable como para empezar a creer con favor de nadie; por tanto se exige y se requiere gran cantidad de milagros, y una conección prolongada en el calendario de algo fabuloso irrumpiendo en la cruda realidad cual algo preterrenal; y como tal una carta de presentación, una prueba evidente e inmutable. Y el profeta o mesías de turno, vendría a ser como un representante de los intereses del supremo, de quien finalmente se sospecha ser el propìo todopoderoso encarnado en una persona común; en definitiva nacida a su imagen y semejanza en cuanto humanidad. Por empezar si en el pasado no hubiera habido milagros suculentos hoy nadie se acordaría de dios ni haciéndonos sus gracias al momento; y tras cartón al pobre denegado, en el resumen del compendio mental, se lo deportaría allá por el sector de lo escéptico, a las mismas ínfulas del imaginario más recondito. Paradójicamente hablando, esto mismo de creer en los milagros, es el gran caldo de cultivo para la otra parte de la población de los devotos, en terminar siendo unos agnósticos hacia el abordaje total del descreer en todo lo concerniente a religión, que la historia siempre miente o exagera las visiones subjetivas; por tanto es sensato ser escépticos si es que no se lo ha visto con las propias anafes visuales; y para ello se ha inventado la fé, un sentimiento ciego como para ceñirse sin chance precautoria a cuenta del crédito invertido. Pero mejor vayamos por parte pues además tenemos en el antiguo testamento la permanente mensión de diferentes dioses, quizás uno por cada pueblo; o tal vez el mantra era una llave que habría las puertas del paraíso; eso la biblia habla de diferentes dioses pero son llaves para dios presentarse con sus milagros ¿Quien no le ha rezado a Papá Noel siendo un grandulote para obtener un regalo? Y debajo pululando, el infierno tortuoso, con sargentos dormilones bebedores de hiel por lo que callan, y todos en la fragua del alcohol arriba de los cuarenta grados, de apolillar profundo como perros a los pies del aposento de los gerarcas nazis, deseando estropear cuerpos y mentes del mundo, como sea, para luego las almas huír como burbujas de la spid cola, pero jamás de ambicionar la vida llana y simple de una sonrisa tierna y caritativa. Por ello el mensaje de dios por medio de cristo mesías no es para tomar con pinzas, de igual de simple, más simple de lo estipulado, que pensar y existir son parte de una misma cosa y por ello en su discurso iva adosado el amor exultante con palabras sentidas que la historia aceptó perfectamente; y se refiere principalmente a la necesidad de creer en un dios y en una escala de valores que van del bien próspero hasta el mal que empeora. Y por sobre el tumulto de elucubraciones de la mente afiebrada de ignorancia, Platón, en un puar de la inteligencia, que bien podría juzgarse cual algo sobre natural o milagroso, decía que primero hay una dimensión extra donde moran las cosas en asimilación de una conquista, más recién luego se materializan en ésta hoguera que es la vida; es decir todo existe desde antes de materializarse, en un estado ideal de imágenes consagradas. De la idea al objetivo siempre hay una linea recta, pero para agudizar la inteligencia son importantes los ciclos y tender a detener la marcha con el descanso para evitar crear un trayecto largísimo y único; o sea pruebe de sentarse en doce sillas diferentes, y así vivir un buen momento de un ciclo por cada una, para luego dormir profundamente; con soñar mucho en concordancia al propio sueño de nuestro dios primero; más, si en vez de doce asientos fueran cuatrocientos, cualquiera podría llegar a desaparecer de donde está y aparecer en otro momento; que si la vida en este planeta fuera parte de un soñar del todopoderoso seguramente los políticos con sus bombas lo irán a despertar sin miramiento. Y cual la linea recta sin interrupciones todo aquel itinerario permanente que aplicó conmigo, sin el debido descanso que evita el embrutecer potente, ahí tiene pués el motivo de perder los privilegios de profeta, que de su parte hubiera sido importante no cuidarme tanto y disfrutar de lo bueno para serguir siendo un fenómeno inmaculado; y por ser pájaro inclaudicable brindando afirmaciones de si una cosa si u otra cosa no, con pico de pava de respingado dolor, de golpe quedaste en el espacio hecho un borrado apremiante inverso referente de todos, y entonces ahora eres un imposible de concebir cual un ángel escogido; ave vacante de lascivo interrogante, loro sagrado abriendo una zanja tremenda de duda por adonde van cayendo los ilusos de siempre; que así antes fuistes loro gigante, sin excusas un didáctico tecnólogo de espantarme la mugrería, después la vida silvestre te volvió a lidiar con lo apagado de la muerte, haciéndote volar la fé al demonio luego de un trayecto mullido de creencia, de perfección sin gajes y con el amparo del cielo. Estoy al grato momento con los dones de la conciencia manchada de fobia hacia usted, y para con los deberes entregada a un nuevo mundo que recien comienza a patalear. Habrase visto como se expande la corrosión sobre el vidriar del alma y el dinero se me esfuma como una espuma de mar; y yo adúltera teniendo que adivinar si sabe las benditas noticias del día hoy, novedades sulfatadas de embergadura inherente; porque en cuanto a lo nuestro mejor será adosar falta de una explicacion de los detalles y no empezar a entorpecer el nuevo milenio de cónyuges y presidentes en descalabrado sermón de girasoles. Sustentado por las reservas del estado, para los de la derecha liberal, el dinero es un papel circulante pero con un valor real, cual la dureza de la materialidad; donde al nacer todos somos pobres más luego solo un mínimo porcentaje se salva, otros tantos andan bien, y el ochenta por ciento restante sigue esa senda feliz pero a los saltos por un biscocho. Y allí se anda, en las típicas populares manifestaciones, la iracunda acción represiva, dando pie para las ambulancias, los carro de asalto y las detenciones, como de costumbre tratando de refrenar el hambre expuesta en las plazas como un paradigma inamovible. Aunque por otro lado, para la izquierda romántica, el dinero es corte y confección de una alianza relativa al servicio del bienestar común y las necesidades sociales, donde en un sistema capitalista es la banca de los privados pudientes lo que debe, con reponsabilidad, oficiar de sustento. Como sea, en la diferencia, en nada concuerda el hedonismo de la sodomía de andar unidos a los cachetazos, bailando en desacuerdo con la poligamia de la Polinecia instalada en nuestras cachas. Aunque mal vista, veo la vida sin aire y con plumas como las tuyas, con los partícipes etiquetados en la interrogancia con el rótulo de prohibido, de un imperio viril bien conformado intentando exelentemente revivir la alegría de un volcán taponado de insatisfacción. Entonces, aclarado esto de lo que me cuesta la perolata, en exclusivo le cuento, hoy es domingo de primarias, doce de agosto, día de las PASOS, y ya siendo las veinte horas, basta de pueril impaciencia, que como era de suponer por amplio margen del anotador, sin llamativo resuello de la fusta, la ganadora es Cristina; era de esperar la dupla del mismo apellido avasallar. Y entonces en esta contienda de políticos mesiánicos locales frente a la abultada deuda externa extranjera, tenemos que no queda recoveco para la vuelta atrás, e imposible retrocer en el tiempo, y más en vano aun llorar lágrimas de deseos incumplidos, pues el voto se encuentra cerrado dentro de la urna bajo disposición del recuento de los fiscales y la junta electoral; la suerte ya está hechada como quien dice, la verdad nuestra hacia estos candidatos tan prometedores de engalanar a la patria esplendorosa. Hoy en la hora de cenar, de un invierno saliente, perfectamente sabemos ganadora por afano a la dama señora de las cinco décadas, protectora del mal, y aunque faltando mucho para el conteo final, en un resultado inamovible pareciera, pues a dos horas de cerrado el comicio, en boca de urna no más, ya se hace evidente al Frente de Todos imponerse por la friolera del cuarenta y siete por ciento de los votos. Estamos predestinados por el combustible del alma, pero a la vez hay una diferencia de potencial hacia el libre albedrío, costoso de comprender, pues la muerte es rígida dando paso a lo nuevo saliéndo de atrás, en las formas del carburante en chocarse leves y amalgarse del amor en formas ondulantes, supeditadas las llamas al rezo del alma potable y del combustible totalizador; cuando uno estafa o miente, parte del combustible del alma a perdido el gas que lo hacía pontente, apto para estallar; pero si por el contrario ayuda, enseña un verdad, predispone al cielo a mostrarse como una película con entrada gratuita. Vivo con un entorno pueblerino adosado al pecho, imposibilitada de pasar inadvertida entre un tocaso de suspirar peyorativo y permanente, con miradas de reojo merodeando cuasi como los sabuesos.
En contrasentido de mi miedo de pensarlo alcauete, usted Lorito, por medio de Lorazo no me pueden hacer esto de desconectarse y dejar de hablarnos, que luego si se cumplen los vaticinios anunciados, lo pensábamos usar como prueba en que dios, al margen de Jesús, está hoy entre nosotros muy interesado en hacerse alegremente notar, y así reforzar la fé acaso desgastada por la desigualdades del tiempo; pero que lástima venir a desconectarse justo en el momento más trascendental de esta historia, de tanta lluvia de noticias de capa y espada amontonadas en los buroses; aunque si la marea viene justo al momento de la coronación, van a canonizar al Ignacio como santo antena en la tierra del paraíso, con aspiración a arlequín enviado del propio seno del todopoderoso; y ahí lo veíamos a usted, con la historia de sus razones inteligentes adosadas al tamaño, haciendo refuerzo de la tanta divinidad cosechada; de la marea llenar el pozo ese día veintiocho, tienen planeado, en especie de karaoke sagrado, que cada comensal invitado vaya a pronunciar un discuro hacia a ese cielo presente de cara a cara entre nosotros; y así saludar a dios al momento de su milagrosa presencia del rio; pero eso si, por cuestiones de operatividad los discursos de tan solamente quince minutos por cada vocal que se postule; y ahí de resonancia de ultratumba cual broche de la sobrenaturalidad manifestada desde el comienzo, contaba con sus palabras puestas como rotunda evidencia del cielo a domicilio en nuestra tierna materialidad al servicio del prócer. Además de todo estarán los restos del mega asado, freezeados desde la conquista, dedicados para unas pocas mesas especiales donde vendrán cocineros afamados de todas partes del mundo, para más luego captar las opiniones públicas del sabor con el especiar de la casualidad, sin truco ni agrio de cada trozo o chuleta; y aceradas cual hoz quedarán las narices del aroma del alimento variado de diferentes bípedos y de especies de cuadrúpedos del mundo.
Oh dios que nos has creado con tanta dedicación y paternal preocupación, gracias te damos por tanto empeño solidario y gracias por los tantos milagros encantadores, que sea tu voz y tu presencia siempre vigente, ante nuestra obediencia necesaria como parte de la retribución; pasa que aquí consustanciados con el aire nos sentimos tan vivos y tan autosuficientes, con todo tan perfectamente funsionando, que nos apetece un gran amor por la libertad cual una gesta indivisible; y los impulsos de felicidad son también nuestro orgullo, junto con el espacio que ocupamos de saberlo nuestro, y dominarlo a fondo como los niños sus golosinas; pero todos en algún momento vagamos implorando por tu ayuda, al darnos cuenta de los valores escenciales siempre en la mano del viento, siempre en el frágil rocío, entonces nos cae una conciencia de generosidad como salida del corazón en parecernos frutos todos del mismo equipo campeón.
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