Yo nunca te supe querer bien, ¡ay! si pudieras comprender
como duele crecer,
como duele la vida
que nos quiere poseer.
Mi querido Manuel,
construyo melodías
para que resuenen
en los intersticios de tu ser,
me desvisto de poesías
para escribirlas sobre tus cigarrillos de papel.
Junto a vos
el amor se vistió de amenos matices,
te estrujé el corazón
y aún así, me curaste las cicatrices.
En mi soledad
entraste y te perdiste,
me conmovió tu humanidad
en un mundo con vocación de triste.
Texto agregado el 21-11-2019, y leído por 124
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